Nos dice Santa Faustina: "En cierta
ocasión Jesús me hizo conocer que cuando le ruego por alguna intención que a
veces me recomiendan, está siempre dispuesto a conceder sus gracias, pero las
almas no siempre quieren aceptarlas."
Entonces Jesús le dijo:
Mi Corazón esta colmado de gran misericordia para
las almas y especialmente para los pobres
pecadores.
Oh, si pudieran comprender que Yo soy para ellas el mejor Padre, que para ellas de Mi Corazón
ha brotado Sangre y Agua como de una fuente desbordante de misericordia; para
ellas vivo en el tabernáculo; como Rey de Misericordia deseo colmar las almas de
gracias, pero no quieren aceptarlas.
Por lo menos tú ven a Mí lo más a
menudo posible y toma estas gracias que ellas no quieren aceptar y con esto
consolaras Mi Corazón. Oh, qué grande es la indiferencia de las almas por tanta
bondad, por tantas pruebas de amor. Mi Corazón esta recompensado solamente con
ingratitud, con olvido por parte de las almas que viven en el mundo. Tienen
tiempo para todo, solamente no tienen
tiempo para venir a Mi a tomar las gracias.
Entonces, Me dirijo a ustedes, almas elegidas,
¿tampoco ustedes entienden el amor de Mi
Corazón? Y aquí también se ha desilusionado Mi Corazón: no encuentro el abandono
total en Mi amor. Tantas reservas, tanta
desconfianza, tanta precaución.
Para consolarte te diré que hay almas que
viven en el
mundo, que Me quieren sinceramente en sus corazones permanezco con delicia, pero son pocas. También en los conventos
hay almas que llena de alegría Mi
Corazón. En ellas están grabados Mis rasgos y por eso el Padre Celestial las
mira con una complacencia especial. Ellas
serán la maravilla de los Ángeles y de los hombres. Su número es
muy pequeño, ellas
constituyen una defensa ante la Justicia del Padre Celestial e imploran
la misericordia por el mundo. El amor y
el sacrificio de estas almas sostienen la existencia del mundo. Lo que más dolorosamente hiere Mi Corazón es
la infidelidad del alma elegida por mí
especialmente; esas infidelidades son como espadas que traspasan Mi
Corazón."
(Diario 367)
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