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domingo, 6 de diciembre de 2015

¿Cuáles son las obras de misericordia?

El Papa Francisco ha convocado 
un año Jubilar de la Misericordia.
 Ha recomendado durante ese tiempo realizar las obras de misericordia pero,
 ¿qué son y cuáles son?

“Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz.
 Es condición para nuestra salvación
.
 Misericordia: es la palabra que revela el misterio
 de la Santísima Trinidad. 

Misericordia: es el acto último y supremo con el cual 
Dios viene a nuestro encuentro. 

Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. 

Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado." 
Papa Francisco.Bula Misericordiae Vultus.


¿Qué son las obras de misericordia?
Las obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales. 
Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras espirituales de misericordia, como también lo son perdonar y sufrir con paciencia. Las obras de misericordia corporales consisten especialmente en dar de comer al hambriento, dar techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos). 
Entre estas obras, la limosna hecha a los pobres es uno de los principales testimonios de la caridad fraterna; es también una práctica de justicia que agrada a Dios.

Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. 

Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina. 
La predicación de Jesús nos presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos. 
Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos. Papa Francisco, Bula Misericordiae Vultus.

La misericordia no se queda en una escueta actitud de compasión: la misericordia se identifica con la superabundancia de la caridad que, al mismo tiempo, trae consigo la superabundancia de la justicia. 
Misericordia significa mantener el corazón en carne viva, humana y divinamente transido por un amor recio, sacrificado, generoso. Así glosa la caridad San Pablo en su canto a esa virtud: la caridad es sufrida, bienhechora; la caridad no tiene envidia, no obra precipitadamente, no se ensoberbece, no es ambiciosa, no busca sus intereses, no se irrita, no piensa mal, no se huelga de la injusticia, se complace en la verdad; a todo se acomoda, cree en todo, todo lo espera y lo soporta todo. San Josemaría,Amigos de Dios, 232

No puedes pensar en los demás como si fuesen números o escalones, para que tú puedas subir; o masa, para ser exaltada o humillada, adulada o despreciada, según los casos. Piensa en los demás —antes que nada, en los que están a tu lado— como en lo que son: hijos de Dios, con toda la dignidad de ese título maravilloso.

Hemos de portarnos como hijos de Dios con los hijos de Dios: el nuestro ha de ser un amor sacrificado, diario, hecho de mil detalles de comprensión, de sacrificio silencioso, de entrega que no se nota. Este es el bonus odor Christi, el que hacía decir a los que vivían entre nuestros primeros hermanos en la fe: ¡Mirad cómo se aman! 
San Josemaría,Es Cristo que pasa, 36.

¿Cuáles son las obras de misericordia?
Hay catorce obras de misericordia: 7, corporales y 7 espirituales.

Obras de misericordia corporales: 
1) Visitar a los enfermos
2) Dar de comer al hambriento
3) Dar de beber al sediento
4) Dar posada al peregrino
5) Vestir al desnudo
6) Visitar a los presos
7) Enterrar a los difuntos

Obras de misericordia espirituales: 
1) Enseñar al que no sabe
2) Dar buen consejo al que lo necesita
3) Corregir al que se equivoca
4) Perdonar al que nos ofende
5) Consolar al triste
6) Sufrir con paciencia los defectos del prójimo
7) Rezar a Dios por los vivos y por los difuntos.

Las obras de misericordia corporales, en su mayoría salen de una lista hecha por el Señor en su descripción del Juicio Final. 

La lista de las obras de misericordia espirituales la ha tomado la Iglesia de otros textos que están a lo largo de la Biblia y de actitudes y enseñanzas del mismo Cristo: el perdón, la corrección fraterna, el consuelo, soportar el sufrimiento, etc.

¿Cuál es el efecto de las obras de misericordia en quien las practica?
El ejercicio de la obras de misericordia comunica gracias a quien las ejerce. En el evangelio de Lucas Jesús dice: 
“Dad, y se os dará".
Por tanto, con las obras de misericordia hacemos la Voluntad de Dios, damos algo nuestro a los demás y el Señor nos promete que nos dará también a nosotros lo que necesitemos.

Por otro lado, una manera de ir borrando la pena que queda en el alma por nuestros pecados ya perdonados es mediante obras buenas. Obras buenas son, por supuesto, las Obras de Misericordia. “Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos alcanzarán misericordia" (Mt.5, 7), es una de las Bienaventuranzas.

Además las Obras de Misericordia nos van ayudando a avanzar en el camino al Cielo, porque nos van haciendo parecidos a Jesús, nuestro modelo, que nos enseñó cómo debe ser nuestra actitud hacia los demás. “En Mateo, se recogen las siguientes palabras de Cristo: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde los ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón". 
Al seguir esta enseñanza del Señor cambiamos los bienes temporales por los eternos, que son los que valen de verdad.

Piensa primero en los demás. Así pasarás por la tierra, con errores sí —que son inevitables—, pero dejando un rastro de bien.

Y cuando llegue la hora de la muerte, que vendrá inexorable, la acogerás con gozo, como Cristo, porque como El también resucitaremos para recibir el premio de su Amor. 
San Josemaría, Vía Crucis, 

Conocer a Jesús, por tanto, es darnos cuenta de que nuestra vida no puede vivirse con otro sentido que con el de entregarnos al servicio de los demás. Un cristiano no puede detenerse sólo en problemas personales, ya que ha de vivir de cara a la Iglesia universal, pensando en la salvación de todas las almas.
San Josemaría, Es Cristo que pasa, 

Dar la vida por los demás. Sólo así se vive la vida de Jesucristo y nos hacemos una misma cosa con El. 
San Josemaría, Vía Crucis, 14

Las obras de misericordia corporales: 
breve explicación

San Mateo recoge la narración del Juicio Final (Mt 25,31-16): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria.

 Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me disteis de comer, sediento y me disteis de beber, era forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, encarcelado y fuisteis a verme'. 

Los justos le contestarán entonces: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos ver?'. Y el rey les dirá:'Os aseguro que, cuando lo hicisteis con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: 'Apartaos de mí, malditos; id al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me disteis de comer, sediento y no me disteis de beber, era forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y encarcelado y no me visitasteis.

 Entonces ellos le responderán: 'Señor ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?' Y él les replicará: 'Os aseguro que, cuando no lo hicisteis con uno de aquellos más insignificante, tampoco lo hicisteis conmigo'. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna.


1) Dar de comer al hambriento y 2) dar de beber al sediento.

Estas dos primeras se complementan y se refieren a la ayuda que debemos procurar en alimento y otros bienes a los más necesitados, a aquellos que no tienen lo indispensable para poder comer cada día. 

Jesús, según recoge el evangelio de san Lucas recomienda: «El que tenga dos túnicas que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer que haga lo mismo» (Lc 3, 11).

3) Dar posada al peregrino.

En la antigüedad el dar posada a los viajeros era un asunto de vida o muerte, por lo complicado y arriesgado de las travesías. No es el caso hoy en día. Pero, aún así, podría tocarnos recibir a alguien en nuestra casa, no por pura hospitalidad de amistad o familia, sino por alguna verdadera necesidad.

4) Vestir al desnudo. 
Esta obra de misericordia se dirige a paliar otra necesidad básica: el vestido. Muchas veces, se nos facilita con las recogidas de ropa que se hacen en Parroquias y otros centros. 
A la hora de entregar nuestra ropa es bueno pensar que podemos dar de lo que nos sobra o ya no nos sirve, pero también podemos dar de lo que aún es útil. 

En la carta de Santiago se nos anima a ser generosos: «Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de vosotros les dice: “Id en paz, calentaos o hartaos", pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve?» (St 2, 15-16).

5) Visitar al enfermo
Se trata de una verdadera atención a los enfermos y ancianos, tanto en el aspecto físico, como en hacerles un rato de compañía. 
El mejor ejemplo de la Sagrada Escritura es el de la Parábola del Buen Samaritano, que curó al herido y, al no poder continuar ocupándose directamente, confió los cuidados que necesitaba a otro a quien le ofreció pagarle. (ver Lc. 10, 30-37).

6) Visitar a los encarcelados 
Consiste en visitar a los presos y prestarles no sólo ayuda material sino una asistencia espiritual que les sirva para mejorar como personas, enmendarse, aprender a desarrollar un trabajo que les pueda ser útil cuando terminen el tiempo asignado por la justicia, etc.
Significa también rescatar a los inocentes y secuestrados. En la antigüedad los cristianos pagaban para liberar esclavos o se cambiaban por prisioneros inocentes.

7) Enterrar a los difuntos 
Cristo no tenía lugar sobre el que reposar. Un amigo, José de Arimatea, le cedió su tumba. Pero no sólo eso, sino que tuvo valor para presentarse ante Pilato y pedirle el cuerpo de Jesús. También participó Nicodemo, quien ayudó a sepultarlo. (Jn. 19, 38-42)
Enterrar a los muertos parece un mandato superfluo, porque –de hecho- todos son enterrados. Pero, por ejemplo, en tiempo de guerra, puede ser un mandato muy exigente. ¿Por qué es importante dar digna sepultura al cuerpo humano? Por que el cuerpo humano ha sido alojamiento del Espíritu Santo. Somos “templos del Espíritu Santo (1 Cor 6, 19).

Si queremos ayudar a los demás, hemos de amarles, insisto, con un amor que sea comprensión y entrega, afecto y voluntaria humildad. Así entenderemos por qué el Señor decidió resumir toda la Ley en ese doble mandamiento, que es en realidad un mandamiento solo: el amor a Dios y el amor al prójimo, con todo nuestro corazón.

Quizá penséis ahora que a veces los cristianos —no los otros: tú y yo— nos olvidamos de las aplicaciones más elementales de ese deber. Quizá penséis en tantas injusticias que no se remedian, en los abusos que no son corregidos, en situaciones de discriminación que se trasmiten de una generación a otra, sin que se ponga en camino una solución desde la raíz.

No puedo, ni tengo por qué, proponeros la forma concreta de resolver esos problemas. Pero, como sacerdote de Cristo, es deber mío recordaros lo que la Escritura Santa dice. Meditad en la escena del juicio, que el mismo Jesús ha descrito: apartaos de mí, malditos, e id al fuego eterno, que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer; tuve sed y no me disteis de beber; fui peregrino y no me recibisteis; desnudo, y no me cubristeis; enfermo y encarcelado, y no me visitasteis.

Un hombre o una sociedad que no reaccione ante las tribulaciones o las injusticias, y que no se esfuerce por aliviarlas, no son un hombre o una sociedad a la medida del amor del Corazón de Cristo. Los cristianos —conservando siempre la más amplia libertad a la hora de estudiar y de llevar a la práctica las diversas soluciones y, por tanto, con un lógico pluralismo—, han de coincidir en el idéntico afán de servir a la humanidad. De otro modo, su cristianismo no será la Palabra y la Vida de Jesús: será un disfraz, un engaño de cara a Dios y de cara a los hombres. 
San Josemaría, Es Cristo que pasa, 167

¡Gracias, Jesús mío!, porque has querido hacerte perfecto Hombre, con un Corazón amante y amabilísimo, que ama hasta la muerte y sufre; que se llena de gozo y de dolor; que se entusiasma con los caminos de los hombres, y nos muestra el que lleva al Cielo; que se sujeta heroicamente al deber, y se conduce por la misericordia; que vela por los pobres y por los ricos; que cuida de los pecadores y de los justos...

—¡Gracias, Jesús mío, y danos un corazón a la medida del Tuyo! 
San Josemaría, Surco, 813

El amor es lo que da sentido al sacrificio. Toda madre sabe bien qué es sacrificarse por sus hijos: no está sólo en concederles unas horas, sino en gastar en su beneficio toda la vida. Vivir pensando en los demás, usar de las cosas de tal manera que haya algo que ofrecer a los otros: todo eso son dimensiones de la pobreza, que garantizan el desprendimiento efectivo.
San Josemaría, Conversaciones, 111

Las obras de misericordia espirituales: breve explicación

1) Enseñar al que no sabe
Consiste en enseñar al ignorante en cualquier materia: también sobre temas religiosos. Esta enseñanza puede ser a través de escritos o de palabra, por cualquier medio de comunicación o directamente. 
Como dice el libro de Daniel, "los que enseñan la justicia a la multitud, brillarán como las estrellas a perpetua eternidad" (Dan. 12, 3b).

2) Dar buen consejo al que lo necesita
Uno de los dones del espíritu Santo es el don de consejo. Por ello, quien pretenda dar un buen consejo debe, primeramente, estar en sintonía con Dios, ya que no se trata de dar opiniones personales, sino de aconsejar bien al necesitado de guía.

3) Corregir al que se equivoca
Esta obra de misericordia se refiere sobre todo al pecado. De hecho, otra manera de formular esta obra es: Corregir al pecador.
La corrección fraterna es explicada por el mismo Jesús en el evangelio de Mateo: “"Si tu hermano peca, vete a hablar con él a solas para reprochárselo. Si te escucha, has ganado a tu hermano". (Mt. 19, 15-17) 

Debemos corregir a nuestro prójimo con mansedumbre y humildad. Muchas veces será difícil hacerlo pero, en esos momentos, podemos acordarnos de los que dice el apóstol Santiago al final de su carta: “el que endereza a un pecador de su mal camino, salvará su alma de la muerte y consigue el perdón de muchos pecados"(St. 5, 20).

4) Perdonar las injurias
En el Padrenuestro decimos: “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden""y el mismo Señor aclara: “si perdonáis las ofensas de los hombres, también el Padre Celestial os perdonará. En cambio, si no perdonáis las ofensas de los hombres, tampoco el Padre os perdonará a vosotros (Mt. 6, 14-15).

Perdonar las ofensas significa superar la venganza y el resentimiento. Significa tratar amablemente a quien nos ha ofendido. 

El mejor ejemplo de perdón en el Antiguo Testamento es el de José, que perdonó a sus hermanos el que hubieran tratado de matarlo y luego venderlo. “" Ahora pues, no os entristezcáis ni os pese el haberme vendido aquí; pues para preservar vidas me envió Dios delante de vosotros" (Gen. 45, 5).

Y el mayor perdón del Nuevo Testamento es el de Cristo en la Cruz, que nos enseña que debemos perdonar todo y siempre: “"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". (Lc. 23, 34).

5) Consolar al triste
El consuelo para el triste, para el que sufre alguna dificultad, es otra obra de misericordia espiritual. 

Muchas veces, se complementará con dar un buen consejo, que ayude a superar esas situación de dolor o tristeza. Acompañar a nuestros hermanos en todos los momentos, pero sobre todo en los más difíciles, es poner en práctica el comportamiento de Jesús que se compadecía del dolor ajeno. 

Un ejemplo viene recogido en el evangelio de Lucas. Se trata de la resurrección del hijo de la viuda de Naím: “Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad. Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: No llores. Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: Joven, a ti te digo: Levántate. El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él se lo dio a su madre."

6) Sufrir con paciencia los defectos de los demás
La paciencia ante los defectos ajenos es virtud y es una obra de misericordia.
Sin embargo, hay un consejo muy útil: cuando el soportar esos defectos causa más daño que bien, con mucha caridad y suavidad, debe hacerse la advertencia.

7) Orar por vivos y difuntos
San Pablo recomienda orar por todos, sin distinción, también por gobernantes y personas de responsabilidad, pues “El quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad". (ver 1 Tim 2, 2-3).
Los difuntos que están en el Purgatorio dependen de nuestras oraciones. Es una buena obra rezar por éstos para que sean libres de sus pecados. (ver 2 Mac. 12, 46).

El papa Francisco pide a todos los cristianos y a las personas de buena voluntad querecen especialmente por los cristianos perseguidos. 
Podemos examinar cómo secundamos este deseo del Papa, para que nuestros hermanos en la fe, sientan el consuelo de nuestra oración.

Hay que abrir los ojos, hay que saber mirar a nuestro alrededor y reconocer esas llamadas que Dios nos dirige a través de quienes nos rodean. No podemos vivir de espaldas a la muchedumbre, encerrados en nuestro pequeño mundo.

 No fue así como vivió Jesús. Los Evangelios nos hablan muchas veces de su misericordia, de su capacidad de participar en el dolor y en las necesidades de los demás: se compadece de la viuda de Naím, llora por la muerte de Lázaro, se preocupa de las multitudes que le siguen y que no tienen qué comer, se compadece también sobre todo de los pecadores, de los que caminan por el mundo sin conocer la luz ni la verdad: desembarcando vio Jesús una gran muchedumbre, y enterneciéronsele con tal vista las entrañas, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a instruirlos en muchas cosas.

Cuando somos de verdad hijos de María comprendemos esa actitud del Señor, de modo que se agranda nuestro corazón y tenemos entrañas de misericordia. Nos duelen entonces los sufrimientos, las miserias, las equivocaciones, la soledad, la angustia, el dolor de los otros hombres nuestros hermanos. 

Y sentimos la urgencia de ayudarles en sus necesidades, y de hablarles de Dios para que sepan tratarle como hijos y puedan conocer las delicadezas maternales de María.
San Josemaría, Es Cristo que pasa, 146

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martes, 24 de noviembre de 2015

El Santo Espíritu que me ilumina...

Hoy propongo a la luz del Santo Espíritu que me ilumina,



 decirle a el máximo Jerarca de nuestra Iglesia en el mundo,
 que  hay que descentralizar y salir  en busca de la oveja perdida.


Su Santidad, usted debe fundar en el mundo mas  Clínicas del Alma.

 Para restaurar el Alma del hombre Herido por culpa del mismo Hombre y de si mismo y de los enemigos de nuestra salvación los ángeles caídos.

Y que son las Clínicas del Alma?

Serán centros de atención personalizada diferentes a nuestras parroquias e iglesias, serán  centros de educación y  guía espiritual, de orientación profesional evangélica, confesión e instrucción, imposición y administración de los santos sacramentos para el ciudadano común.

Se preguntara el Papa, los cardenales, obispos, sacerdotes
 y  los religiosos, laicos  que leen mi propuesta para eso 
están las Iglesias?

Pues desconocen en su esencia e ignoran profundamente en que se han convertido la mayoría de ellas en el mundo sin generalizar y exceptuando las que si cumplen con el deber antes mencionado y que  pido y los animo a  que sigan por ese camino y a un mas cada día para cuando se les pida cuentas de los talentos recibidos sepan dar cuenta de lo que hicieron con ellos.

Las iglesias de hoy muchas no cuentan con su nombre en su fachada y no se distinguen si son católicas o de cualquier otra denominación, por no tener su nombre impreso.

La comunidad en cabeza de su párroco ha descuidado la presentación personal de su iglesia olvidándose  que es templo sagrado donde esta cristo presente en cuerpo alma y divinidad, es la sede o representación de la casa del padre en la tierra.

Por ello clamo para que exista una « Ley Vaticana » para que todas las iglesias del mundo sean restauradas, pintadas  por dentro y por fuera así sea de manera humilde pero con decoro amor y esfuerzo.

Muchos buscamos a diario por las calles una iglesia o parroquia donde poder confesar nuestra debilidad ante el enemigo de nuestra salvación que a diario nos acecha y pocos encontramos iglesias abiertas de 6 am. a 9 pm.

Se preguntaran pero es excesivo el horario y quien las cuida y para que, si solo hay un fiel a la hora de celebrar o entrar.

Se les olvida  a los ordenados,  a los religiosos, a los  laicos y fieles LA MISION, para lo cual fueron llamados y se olvidan del evangelio donde se invita al banquete de bodas, o al que dice, ir de dos en dos, o, la parábola de los talentos, como entre muchas mas que se pueden citar.  

REFLEXIONAR PARA JUSTIFICAR

El hombre al buscar por todas partes y solo en los medios materiales la felicidad, la busca en las  drogas, en el sexo, en adquisición y  la posesión de bienes materiales, en adquirir para si y aprender todo el conocimiento del mundo material posible  entre muchas mas que podamos mencionar.


Esa necesidad del ser humano y el no poder alcanzar el gozo definitivo y absoluto en su alma lo lleva a tener  una vida llena de insatisfacciones, tristezas, amarguras, al igual que en  adquirir para su cuerpo físico el desarrollo de enfermedades derivadas de su propia angustia como locura, esquizofrenia, estrés y demás en su orden emocional, pero que en conclusión son solo enfermedades del cuerpo y  de la mente. Y son enfermedades puramente del hombre como ser racional y nada tienen que ver con su ser espiritual.

El hombre se compone de dos elementos espíritu y el cuerpo material, alimentamos el cuerpo lo ejercitamos, lo sanamos a través de los conocimientos adquiridos por evolución y esfuerzo de racionalidad del hombre.

Pero pocos son los que verdaderamente entran de forma plena y concreta a buscar por todos los medios lícitos posibles ha alimentar el espíritu o sanar su alma como bien se quiera entender.

El alma a diferencia del cuerpo transciende y cambia de estado, el cuerpo material en cambio enferma, desciende, envejece,  decae y muere.

Entendiendo lo anterior Dios, creador de todo lo visible e invisible doto al hombre de forma racional de un espíritu que debe ser custodiado, guardado, alimentado, restaurado y embellecido durante todo el tiempo que nuestro padre Dios decreto que durara nuestra existencia personal.

Ese alimento, esa restauración del alma solo se logra a través de la Fe. La fe nos conduce por el Camino de ascensión  hacia la verdad absoluta para vivir una vida llena de Gozo, Paz y felicidad en esta vida terrenal y como preparación para la entrada a la vida Eterna.

Solo mediante una Fe única y plena en un Dios creador de todas las cosas que rige la naturaleza creada será, el Camino, y  la medicina necesaria para que el hombre encuentre el verdadero sentido de  su existencia en la vida presente.

Esa Fe esta impregnada en el fondo de nuestro corazón como un sello, esta sembrada al inicio de nuestra creación personal en nuestra alma, por ser hijos de un creador y de una creación.

Esa Fe, necesita ser regada, alimentada para que brote en nuestra alma cada vez mas la semilla de lo que en esencia somos y de donde venimos que es el Amor, que proceden del Bien absoluto, que es Dios, Padre creador y eterno e inmutable en su Amor, misericordia, bondad y  sus leyes para con la creación entera y su destino.  

Ese amor es dado a todos los hombres sin distinción alguna de raza, credo, lo llevamos como mencione antes en el centro de nuestra alma.

El hombre cuando poco a poco va entendiendo con la ayuda del creador el plan divino de  la creación y del hombre, se pregunta entonces para que lo creo Dios, cual es el fin del padre para con el, su entorno y el mundo.

El Hombre al no encontrar razón alguna en su mente del destino u objeto para lo cual fue creado, y el haber caminado por diferentes sentidos en la vida, tanto en el plano material como en el plano espiritual pero de forma equivocada y no encontrar la respuesta a todos sus interrogantes y felicidad.

Es entonces cuando clama desde el centro de su alma Abad Padre, aquí estoy hágase en mi según tu Voluntad y no la mía por que soy un pobre infeliz.

El hombre  se dice así mismo,  Señor yo soy un pobre hombre que siempre me equivoco, siempre tengo miedo, siempre soy débil y siempre estaré necesitado de un ser Superior que me guie, me custodie, me enseñe y me Ame.

El Hombre de todos los tiempos al clamar pidiendo ayuda (Oración) en cualquier situación personal, de pueblos y naciones solo debe mirar al horizonte de su vida  y tratar de divisar en lo mas profundo ese ser invisible que se esconde, pero que a la vez esta presente en cada acontecimiento de nuestra Vida y del mundo.

¿Como entender lo anterior? Dios ya se revelo al hombre y seguirá revelándose de diferente manera, de diferente forma y por cualquier medio hasta el final de los tiempos.

Esa manifestación de Dios se realiza en la mayoría de sus veces a través de La Palabra Revelada e  Inspirada en el Amor y basada únicamente en la Ley de Dios y sus mandamientos. Al igual se nos revela urgiendo al hombre a seguir y recorrer  el camino de las enseñanzas evangélicas dadas por El y enseñadas por su Hijo Jesús.

Recordad cuando expreso: 

Yo soy el Camino, la verdad y  la Vida.

Nosotros todos sin distinción alguna siguiendo el camino de los Santos, que en gran cantidad existen en la historia de los tiempos y hasta el día de hoy.

Ese ejemplo es solo la realización de una vida personal, basada en la toma  de sus   decisiones  en el  cumplimiento del deber de cada día, del amor de Dios, de su Leyes que no son si no mas bien su Santa y alabada Voluntad.

Describiré un ejemplo sencillo a este tema anterior:

En el hogar de una familia siempre habrá una autoridad y unas reglas básicas  a cumplir con unos deberes y obligaciones para con los que allí habitan.

Cualquier Integrante de ese hogar generara desorden en el, cuando mal interprete, ejecute, no entienda o acepte las reglas descritas para el sano convivir  de la casa a la cual pertenece.

El ejemplo anterior nos debe trasladar a nuestra casa mayor la tierra, a nuestro Padre que  la creo y  la rige,  que decreto unas  leyes para una  convivencia sana y en paz y basadas en la justicia y la equidad.

Todos Los integrantes del mundo al darle mal  interpretación a  las leyes o reglas impartidas, al no ejecutarlas, al no entenderlas y al no cumplir las reglas impuestas por nuestro creador Dios, generara en su entorno personal, mental, físico, familiar, social, y de pueblos y naciones la descomposición en cualquier sentido que se quiera entender.

Esa descomposición de la ley genera una decadencia personal, mental y material, genera en su entorno el sufrimiento personal y colectivo, por lo tanto no se  es Feliz y no se encuentra sentido a la vida  a su entorno a su destino al mundo, Ni quiere el hombre  saber de Dios y sus leyes.

Es entonces cuando el hombre no importa  la raza, su credo, religión, edad, sexo, posición económica y demás, el hombre  empieza a tratar de darle sentido a su vida y busca como salir de ese estado de infelicidad e intranquilidad.

La única forma de salir del estado en que se encuentran 
los hombres de todas las naciones, razas, pueblos,
 edades y credos es solo es en 
las Clínicas del Espíritu.

Las Clínicas del Espíritu son variadas en su forma, presentación, entendimiento, visualización y demás por que penetran al interior de cada ser humano de acuerdo a su sensibilidad emocional, grado de conocimiento, de  racionalidad y de Fe del que se encuentre.

De ese grado depende su fácil ascensión y transcendencia de su alma por eso y solo eso Es,  lo que el hombre busca.

Que  su alma transcienda a un nivel más elevado para alcanzar la fuente de toda gracia, felicidad, gozo y paz en el corazón en  su vida, su entorno que Es, y debe ser siempre Dios.

La meta de todo ser humano al habitar la tierra presente en el tiempo que dure su existencia es la de encontrarse con el creador a través de la creación en todo tiempo, lugar y cosa que realice piense y desee, de ese pensar, desear, actuar en base solo a las leyes impartidas por el creador en esta su casa y la nuestra pero que somos peregrinos o forasteros depende nuestra felicidad.

La felicidad se encuentra en gran medida en  las Clínicas del Espíritu, en el cumplimiento de las leyes de Dios, en el esfuerzo constante y decidido por transcender y buscar por medios lícitos posibles encontrarse con el creador para que cada vez con su ayuda, nuestra alma se posicione en un escalón mas alto en el camino de ascensión a la casa del Padre.

Ese camino de ascensión a la casa del Padre, comienza desde esta misma vida presente y terrenal,
 es acá en esta vida presente donde ascendemos o descendemos es en este mundo, donde tenemos un adelanto de cielo o de infierno o de purgatorio.

Es en el diario vivir y actuar donde podemos encontrar gozo.

El gozo y la felicidad se pueden solo observar, sentir y buscar teniendo sobre todo mucha visión sobrenatural, esa visión sobrenatural solo se logra cuando por voluntad propia nos adentramos por los camino de La Fepor los caminos de la Fe en Jesucristo, de la Fe de en la virgen María, por la Fe de los santos, por la fe en el  espíritu santo, comunicación entre el padre y nosotros, esa fe solo la vivimos cuando nos declaramos hijos de un creador y de Dios.

Solo cuando nos declaremos Hijos de Dios y profesemos una sola fe, la de la Razón y la de la gracia que habita en el centro de nuestra alma, es cuando comienza nuestro camino seguro de regreso a la casa del padre.

Pero solo ese regreso se da cuando estemos alejados de toda inclinación egoísta, material, animal y poco razonada y evolucionada, en términos y no de discusión, el hombre ha evolucionado en ciencia, por que el creador se lo ha permitido y revelado, pero también debe evolucionar o trascender en espíritu.

Si el hombre fallece sin lograr lo antes mencionado no cumplió la finalidad para lo cual fue creado por lo tanto nuestro padre celestial en su infinita misericordia de padre bueno y amoroso como lo es su esencia sabrá darle el lugar adecuado a cada alma en la vida eterna.

Los lugares reservados para la vida eterna los puedo describir de una forma sencilla y es describiendo un concierto o partido en un estadio con nuestro cantante o equipo preferido, haber luchado por conseguir la entrada al estadio a costa de dolores trabajos sacrificios y demás, y aun llegando temprano al evento encontramos que todas las butacas, puestos asientos estaban ya reservados o ocupados para aquellas personas que desde antes del evento fueron precavidas y reservaron los primeros puestos.

Nos tocara conformarnos con presenciar el evento desde lo mas distante no pudiendo gozar así del canto embellecedor de ese precioso artista que es el creador de lo visible e invisible de lo posible e imposible y por lo tanto sentiremos tristeza profunda y rechinar de dientes, el no poder estar cerca y disfrutar como nuestros hermanos que nos aconsejaron que reserváramos puestos, y teniendo en cuenta que hubo publicidad por todas partes, en medios de comunicación escrita, hablada y que hicimos caso omiso de ello.

Ese hacer caso omiso es lo que sucede a diario en nuestra vida personal hay publicidad excesiva en cualquier medio de comunicación donde anuncian la palabra revelada, y el Verdadero Camino de Ascensión al Padre o al estadio con el gran artista el Creador, Dios.

Dios sabe de nuestra limitación, de nuestra terquedad, incredulidad y demás, por ello debemos cada vez mas formar en nuestro entorno Clínicas del Espíritu para restaurar las almas, sanar las almas, perfeccionar las almas.

Esas Clínicas del Espíritu como mencione antes son las iglesias, centros de peregrinación mariano, comunidades, laicales, religiosas, apostólicas de cualquier orden de diferente carisma pero que solo cumplan con un fin y es el de ayudar al encuentro del verdadero Camino que conduce a la vida eterna y la felicidad o gozo temporal en esta vida Presente.

Hoy propongo a la luz del Santo Espíritu que me ilumina decirle a el máximo Jerarca de nuestra Iglesia en el mundo, que  hay que descentralizar y salir  en busca de la oveja perdida,  lo que esta ya fundado pues ponerse en la tarea de  afianzarlo a un mas, y lo que esta por fundarse pues fundarlo.

Su Santidad, usted debe fundar en el mundo mas  Clínicas del Espíritu para restaurar el Alma del hombre Herido por culpa del mismo Hombre y de si mismo y de los enemigos de nuestra salvación los ángeles caídos.

Y que son las Clínicas del Espíritu?

Serán centros de atención personalizada diferentes a nuestras parroquias e iglesias, serán  centros de educación y  guía espiritual, de orientación profesional evangélica, confesión e instrucción, imposición y administración de los santos sacramentos para el ciudadano común.

Se preguntara el Papa, los cardenales, obispos, sacerdotes
 y  los religiosos, laicos  que leen mi propuesta para eso 
están las Iglesias?

Pues desconocen en su esencia e ignoran profundamente en que se han convertido la mayoría de ellas en el mundo sin generalizar y exceptuando las que si cumplen con el deber antes mencionado y que  pido y los animo a  que sigan por ese camino y a un mas cada día para cuando se les pida cuentas de los talentos recibidos sepan dar cuenta de lo que hicieron con ellos.

Las iglesias de hoy muchas no cuentan con su nombre en su fachada y no se distinguen si son católicas o de cualquier otra denominación, por no tener su nombre impreso.

La comunidad en cabeza de su párroco ha descuidado la presentación personal de su iglesia olvidándose  que es templo sagrado donde esta cristo presente en cuerpo alma y divinidad, es la sede o representación de la casa del padre en la tierra.

Por ello clamo para que exista una « Ley Vaticana » para que todas las iglesias del mundo sean restauradas, pintadas  por dentro y por fuera así sea de manera humilde pero con decoro amor y esfuerzo.

Muchos buscamos a diario por las calles una iglesia o parroquia donde poder confesar nuestra debilidad ante el enemigo de nuestra salvación que a diario nos acecha y pocos encontramos iglesias abiertas de 6 am. a 9 pm.

Se preguntaran pero es excesivo el horario y quien las cuida y para que, si solo hay un fiel a la hora de celebrar o entrar.

Se les olvida  a los ordenados,  a los religiosos, a los  laicos y fieles LA MISION, para lo cual fueron llamados y se olvidan del evangelio donde se invita al banquete de bodas, o al que dice, ir de dos en dos, o, la parábola de los talentos, como entre muchas mas que se pueden citar.  

La comunidad se debe organizar, vigilar y ayudar en cabeza del párroco o sacerdote del pueblo, ciudad o nación y del mundo para que las iglesias y parroquias cumplan con la finalidad para la cual fueron creadas y es la de estar siempre  con las puertas abiertas y el sacerdote dispuesto, el mayor tiempo posible para que las almas enfermas y necesitadas de medicina espiritual asistan a sanar, restaurar su alma a través de la confesión, oración, alabanza, adoración y recibir la Eucaristía que es el ALIMENTO DEL ALMA.

Me da vergüenza encontrar iglesias donde existiendo párrocos solo ofician una vez al día o solo los fines de semana y poco se evangeliza o se da confesión o dirección espiritual o se tienen grupos de evangelización de catequesis y demás.

Las múltiples razones que el lector dará como justificación a las verdades que Dios reclama a través de estas reflexiones iluminadas son diversas pero no justificadas, cada párroco al tener su templo sin nombre sin organización, sin pintura externa e interna, sin un horario de confesión amplio y suficiente y una dirección espiritual uno a uno con cada feligrés de su grey, le  esta sumando a una lista de agravios que tendrá que dar cuanta en su juicio personal.

No quiero con estas palabras juzgar por que se que esta mal hecho y no es mi deber  pero si quiero, en el mejor de los  sentidos de hacer caer en la cuenta, urgir, corregir de manera fraterna a nuestra querida Iglesia Católica que  necesitamos Clínicas del Espíritu abiertas, decentes, amables donde no solo se recuerde y viva el santo sacrificio que nuestro señor Jesús, cuando entrego su Vida  por la humanidad.

Si no que también ese sacrificio se realice en cada sacerdote y entregue su vida, se crucifique en su iglesia hasta el cansancio por su feligresía, todos ellos   ávidos que los sanen en el espíritu y que  no  vean  al sacerdote como un ser distante, serio, poco dado a la gente del común y lleno de prejuicios y achaques y amonestaciones para cumplir su santa obligación cuando tomo la decisión de ser uno mas de los representantes de la Santísima Trinidad en la tierra, hasta el día que sea llamado a la casa del Padre.

Sabedor que mis palabras son densas, duras y  difíciles de entender, comprender y poner en práctica en la realidad de hoy de cada iglesia  propongo nuevamente crear las Clínicas del Espíritu.

Las Clínicas del Espíritu serán fundadas en los centros urbanos de cada ciudad, donde más aflore la necesidad sentida de más enfermedad espiritual.

Dichos centros gozaran de capilla pequeña para la celebración y  adoración al santísimo que será expuesto las 24 horas, con guardias de honor de laicos y fieles comprometidos a adorar, vigilar, acompañar y guiar a nuestro señor para que restaure en el alma a tantos y tantas y miles que se acercaran las 24 horas para un encuentro personal con Nuestro señor sin limitación de tiempo.

El refrán popular dice si la montaña no viene a mi  yo iré a la montaña, pues a la iglesia de Hoy le corresponde primero mantener sus templos abiertos, segundo salir a buscar a las almas en pena y en pecado, débiles y enfermas.

A la Iglesia de hoy  le corresponde me dice el Santo Espíritu  de Dios que me ilumina a decirles que deben salir de su poltronería, de su aburguesamiento y falta de compromiso, les corresponde ir de dos en dos como los primeros cristianos que en contra de toda prueba, en contra de toda  ley y autoridad, limitación de medios de transporte, y en contra de las inclemencias del  clima de dificultades económicas fundaron y continuaron con la hoy establecida y reluciente iglesia de Dios en la tierra.

Es mi orgullo ver la majestuosidad y pleno respeto que merece la iglesia  y reconocimiento a nivel mundial recordando con ello los miles de sufrimientos que tuvo que padecer en la serie de los siglos por estar en el punto de un muy buen  reconocimiento mundial.

Pero eso solo no basta, son muchos hombres de diferentes credos razas, culturas, edades que no conocen de Dios, ni quieren saber de El, o conociéndolo desde niños se han alejado por diferentes circunstancias.

Es hora de salir en busca de ese grupo en nuestro entorno y sanarles el alma.

Fundemos Clínicas del Espíritu, con Capillas de exposición al santísimo permanente, confesión permanente, dirección espiritual permanente Las 24 horas,  celebremos eucaristías en lugares próximos a centros de perdición como bares, discotecas, zonas  de juego azar y guerras, celebremos eucaristías en zonas de alto riesgo de vulnerabilidad  como pobreza absoluta, busquemos permanentemente  a los habitantes de las calles por cualquier situación y busquemos por todos los medios sanarles el alma y el cuerpo,  adelantemos diferentes y abundantes campañas de sensibilización de la sociedad para que exista mas justicia social y equidad, que permanezca en nuestra pequeña comunidad un entorno de fraternidad y un componente alto de  subsidiaridad al mas necesitado o menos afortunado.

Las Clínicas del Espíritu serán, formaran y ayudaran a la evangelización, conversión y sanación del alma y del cuerpo, pero solo se lograra con la decisión unánime decidida y ambiciosa de una iglesia renovada a ejemplo de los primeros cristianos que fueron denominados los seguidores del Camino y que dieron y gastaron de manera sacrificada toda su vida por la humanidad.

La logística, ubicación y servicio y manutención de las Clínicas del Espíritu correrán por cuenta de un organismo clerical, laical y civil corresponde entonces  armar todo un equipo multidisciplinario en todas las ramas no solo clericales si no sociales, como son médicos, enfermeros, psicólogos, maestros, sacerdotes , padres de familia jóvenes en fin una gama variada de profesionales en diferentes ramas, que presten sus servicios de manera gratuita desinteresada y voluntaria en tiempos preestablecidos según cada caso en particular.

Después de analizar, censar, evaluar y concluir las necesidades de cada pueblo, ciudad, o  nación, para que todos en equipo puedan  prestar la ayuda necesaria y acabar de complementar ayuda a las  almas  ávidas y necesitadas que se les muestre la mano de Dios.

Es a nuestra Iglesia a la que le corresponde liderar y emprender el Camino de restaurar los corazones heridos, hambrientos y desamparados de la humanidad, solo lo lograremos siendo pioneros, innovadores y poniendo todo en las manos del autor de esta iluminación de Idea, en Dios.

Dios clama justicia para con su pueblo  humilde y  necesitado y pecador, unámonos todos juntos con el amor de Dios que hay en nuestro corazón para fundar por todo el mundo las clínicas del Espíritu. 

Como una más de las  posibles soluciones frente a la necesidad del ser humano de tratar por todos los medios de entender, comprender y vivir una vida llena de gozo, paz y felicidad, mientras le llega el día de su paso a la vida eterna.


 El Santo Espíritu de Dios que me ilumina  nos dice que este clamor llegara a cumplirse y llegara de manera fácil y decidida hasta  la persona 
Su santidad =
que tendrán el deber de Ejecutarlo.

Así sea.

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