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lunes, 20 de junio de 2016

Reinara la Paz absoluta en la Creación....

En los planes divinos todo esta previsto...

... hasta el error,


La Iglesia ...



 ....triunfara por encima de cábalas, videntes, y criterios del hombre pasado y presente. 


En los planes divinos todo esta previsto hasta el error y del error el hombre saca su conclusión y Dios su misericordia y su enseñanza para con los hombres y su perfección para con su espíritu.



Rectificando nuestro pensamiento, elevando nuestro espíritu al creador clamando ayuda, bondad y misericordia, obrara la mano salvadora de todos los tiempos y el mal será sometido por la ley primera del Amor y lograra Dios a través de su creación y el hombre someter el cuerpo,  el pensamiento al espíritu humilde, que reconoce su incapacidad, su  maldad e intranquilidad.


Las tentaciones de Jesús en el desierto, 40 días, 40 noches, ayuno, oración, la muerte de cruz para redimir al género humano y dejarle claro al hombre el Camino, para  que siguiendo su ejemplo y que  solo combatiendo con el Amor, la compresión y la razón y no con la fuerza y  las armas el mal se desfigura, se vence y se transforma en bien.

Que desde la cruz de nuestras vidas como la de nuestro Señor Jesucristo, se puede perdonar a los que nos ofenden y con prenderlos como Jesús exclamo:

 Padre perdónalos por que no saben lo que hacen.

Que deseando como el buen ladrón como leemos   en la segunda palabra de nuestro Señor, en la cruz un cambio de vida de arrepentimiento y reconociendo al buen Jesús y sus mandatos y por consiguiente al padre celestial y creyendo en la recompensa de la vida eterna tendremos vida.

Si Dios, Jesús, el paráclito, venció el mal, por que nosotros con su promesa y ayuda la gracia  no lo podemos Vencer?

La última palabra de nuestro Señor, en la cruz fue:


 Padre en tus manos encomiendo mi Espíritu.

Así debemos también nosotros encomendar nuestra vida futura, nuestra alma, Nuestra Iglesia.

La iglesia de Dios la que el fundo por la sucesión de Pedro, triunfara por encima de cábalas, videntes y criterios del hombre pasado y presente, por que en los planes divinos todo esta previsto hasta el error y del error el hombre saca su conclusión y Dios su misericordia y su enseñanza para con los hombres y su perfección para con su espíritu.

Rectificando nuestro pensamiento, elevando nuestro espíritu al creador clamando ayuda, bondad y misericordia, obrara la mano salvadora de todos los tiempos y el mal será sometido por la ley primera del Amor y lograra Dios a través de su creación y el hombre someter el cuerpo,  el pensamiento al espíritu humilde, que reconoce su incapacidad, su  maldad e intranquilidad.

El hombre al  buscar la Felicidad  por todos los medios ilícitos materiales y humanos y no fundamentados en la ley primera de la creación que es  el Amor  no encuentra la felicidad  ni la encontrara nunca.

Solo la hallara cuando desde su interior con sinceridad absoluta clame al padre celestial que lo ayude, cuando el hombre de tiempos presentes y futuros reconozca su maldad, su error, y la grandeza del creador y sus leyes  y clame con humildad absoluta pidiendo piedad y  Justicia para el y la humanidad.

Dios, el hombre, nuestro espíritu, reclaman Justicia desde nuestro interior, solo la palabra revelada inspirada por el Santo Espíritu, y revelada por Dios a través de los tiempos a diferentes personas  de diferentes culturas, razas, edades e  inspiradas y basadas solo en el Amor, darán la Paz verdadera y la Felicidad tan anhelada.

El Amor total, dará la justicia y la equidad, esa igualdad quitara el sufrimiento de los pueblos los hombres, y
 Reinara  la Paz absoluta en la creación entera.
/Finalidad de la Creación. 
Proyecto Divino del Creador)


Oración para obtener Felicidad y Paz.

Oh mi Señor, necesitamos mas que antes y ahora que todos los pueblos, las naciones y los hombres te reconozcamos en Pensamientos Obras y Amor.

Oh mi Señorque tu Voluntad se cumpla y vuestro deseo permanezca no el tiempo de los hombres si no en el tiempo establecido por tu autoridad como Creador.
Oh mi Señor, que la iluminación de las conciencias llegue a cada ser que habita la tierra, que la palabra revelada y practicada sea como el sendero y el camino que nos conduce a la Tierra Prometida.

Oh mi Señor, nuestro anhelo como hoy y siempre debe ser poderte ver cara a cara, como Padre Amoroso,  que nos acojas en la morada Eterna y podamos todos juntos  gozar de la plenitud de tus dones.

Oh mi Señor, no tengas en cuenta nuestras culpas si no el Amor que rige tu esencia  y la Misericordia Absoluta que Emanas,  conforme a ello,  danos pronto  la verdadera  Felicidad y Paz a nuestras almas ya sea en esta vida presente o en la  Eterna, como bien nos lo prometiste.
Amen.


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LA VIDA Y LA MUERTE ?

Tarde o temprano hemos de morir. 
Mas, ¿cuándo será y en qué condiciones? 


Ignorantes estamos de todo esto. 
Dios, dueño absoluto de la vida y de la muerte,
 se ha reservado el día y
 la hora;

 A nadie, por regla general, comunica sus secretos, y muchos, 
aun entre los grandes santos, no lo han conocido, 
o no lo conocieron sino tarde. 

Así se explica cómo San Alfonso, treinta o cuarenta años antes de morir hablaba ya de su muerte próxima. Feliz ignorancia que nos advierte que estemos siempre dispuestos, y que estimula sin cesar nuestra actividad espiritual. Hemos de aceptar esta incertidumbre con sumisión y hasta con reconocimiento. 

Mas, ¿se ha de desear que la muerte venga en breve plazo o que nos deje aún largo tiempo?

Numerosos motivos nos autorizan a llamarla con nuestros deseos.
 Los males de la vida presente. Apenas nacido el hombre, comienza la muerte en él su trabajo, y tiene que luchar sin tregua para librarse de sus asaltos, y a pesar del alimento, del sueño y de los remedios, camina a pasos agigantados hacia la tumba; su vida no es sino una muerte lenta y continua.

 El trabajo y la fatiga, la intemperie y las estaciones, los achaques y las enfermedades, las penas del corazón y del espíritu, los cuidados y las preocupaciones, todo lleva a hacer de la tierra un valle de lágrimas. A nuestras propias penas, vienen a unirse las de los nuestros, y como si estos tantos males no bastasen, la malicia humana esfuérzase en agravarlos sin medida: los hombres levántanse contra los hombres;

 las familias, contra las familias; las naciones, contra las naciones; no se sabe ya qué enredos inventar para hacer sufrir, ni qué máquinas de guerra para mejor destrozarse. 

Suframos la prueba todo el tiempo que Dios quiera, mas, 
¿No es natural suspirar por la muerte, cuya bienhechora mano enjugará nuestras lágrimas y nos abrirá la encantadora morada, en donde no habrá ya gemidos de ningún género, sino calma eterna, paz y reposo sin fin?

 Los peligros y las faltas de la vida presente La tierra es un campo de batalla, en que nos es preciso luchar día y noche contra un enemigo invisible que no duerme, que no conoce ni la fatiga ni la compasión; enseñado por experiencia sesenta veces secular, conoce demasiado cuál es nuestro Lado flaco, y halla las más desconcertantes complicidades en la plaza sitiada; y nosotros, que somos la debilidad misma y la inconstancia, a pesar del poderoso auxilio de Dios, siempre hemos de temer un desfallecimiento por nuestra parte. 

En este momento estamos en amistad con Dios, y ¿lo estaremos más tarde? La perseverancia final es un don de Dios, y quien hoy camina por los senderos de la santidad, mañana quizá ande ya por los de la relajación y resbale sobre la pendiente que 
conduce a los abismos. 

Aun suponiendo que nos libremos de este supremo infortunio, es cierto al menos que nos quedaremos muy por detrás de nuestros deseos, que caeremos en multitud de faltas ligeras, y que sentiremos bullir en el fondo de nuestro corazón todo un mundo de pasiones y de inclinaciones que nos causan miedo. 

Hoy, que juzgamos estar preparados, ¿no es natural desear que la muerte venga pronto a poner término a nuestras incesantes faltas y a nuestras continuas alarmas, confirmándonos en la gracia?

Por otra parte, hemos de vivir en medio de un siglo perverso en que se multiplican los pecados, y crímenes, en que el vicio triunfa, la virtud es perseguida, la Iglesia, tratada como enemiga, Dios, arrojado de todas partes. 

Y, ¿cómo no suspirar por la compañía de los santos, en donde reina el Dios de la paz, en donde todo regocijará nuestros ojos y nuestros corazones?

 El deseo del cielo y del amor de Dios. Hace mucho tiempo que hemos comprendido el vacío, la ineficacia y la nada de la tierra con todos sus falsos bienes, y abandonado el mundo, hemos corrido en busca de sólo Dios. 

A medida que nuestra alma se despoja y purifica, hácese más vivo el deseo del cielo, el amor divino más ardiente, casi impaciente: es Dios lo que necesitamos, Dios visto, amado, poseído sin tardanza, sufrimos por vivir sin El. Cierto que el Dios de nuestro corazón está allí, muy cerca de nosotros, en la Santa Eucaristía pero le querríamos sin velo. 

Déjase a veces encontrar en la oración, mas no basta una unión fugitiva e incompleta, necesitamos su eterna y perfecta posesión. Nuestro cuerpo se levanta como los muros de una prisión entre el alma y su Amado; que caiga de una vez, que deje de ocultarnos el único objeto de todos nuestros afectos.

 ¿Cuándo se acabará, Señor, este destierro? 

¿Cuándo vendréis por mi? ¿Cuándo iré yo, Señor, a Vos? 

¿Cuándo me veré, Señor, con Vos? ¡Cómo se tarda ya esta hora! 

¡Qué contento y alegría será para mí,

cuando me digan que llega ya!

Laetatus sum in his quae dicta sunt mihi: ¡ir domum Domini ibimus: stantes erant pedes nostri in atriis tuis, Jerusalem. «Me he alegrado desde que se me ha dicho: Iremos a la casa del Señor y pronto nos hallaremos, oh Jerusalén, en el recinto de tus murallas».

A semejanza de la Esposa de los Cantares, el gran Apóstol languidecía de amor y suspiraba por la disolución del cuerpo para estar con Cristo. Estaba enfermo de amor, y en su impaciente ansia de gozar de su Amado, la menor tardanza hacíasele una eternidad y llenaba su corazón de tristeza. 

Tales eran los sentimientos de Santa Teresa del Niño Jesús en su lecho de muerte. «¿Estáis resignada a morir? ¡Oh, padre mío!, respondía ella, para vivir es para lo que se necesita resignación; muriendo no experimento más que alegría»

Hay, por tanto, sólidas razones que nos hacen desear la muerte; las hay también igualmente para desear la prolongación de nuestros días, y son casi las mismas.

 Los males de la vida presente. Mediante la paciencia y el espíritu de fe, se convierten en ocasión de mayores bienes; despegan de la tierra y hacen suspirar por un mundo mejor; es un excelente purgatorio, una mina de virtudes inagotable. Cuanto más abunden estos males, más rica será la cosecha para el cielo. 

Si la malicia de los hombres viene a mezclarse en ellos, ¿qué nos importa? Nosotros queremos ver tras el instrumento no otra cosa que la Providencia, y como resultado de todas nuestras pruebas, como adelantamiento espiritual, Dios glorificado, muchas almas salvadas, el purgatorio rociado con sangre de Nuestro Señor. 

En el cielo no habrá ya sufrimientos, es verdad; mas por lo mismo no será posible dar, como aquí abajo, al divino Maestro el testimonio de la prueba amorosamente aceptada.

Los peligros y las faltas de la vida presente. Reconocemos sin dificultad que el sentimiento del peligro mueve a desear vivamente el cielo; mas el combate no carece de encantos para un alma valiente, ávida de conquistar la vida eterna, y demostrar su amor y abnegación a su Rey amado. 

El es quien nos llama a las armas, y ¿no estará con nosotros? El claustro es la más segura trinchera, y gracias a la oración y a la vigilancia, esperamos librar un buen combate y no quedar heridos de muerte.

 Hasta el momento, nuestra victoria está muy lejos de ser completa; sin el auxilio del tiempo, ¿cómo reparar nuestras derrotas, expiar nuestras faltas, rescatar nuestra inutilidad, conquistar un rico botín? Y ahora que Dios se encuentra atacado por todas partes, el puesto de sus amados servidores, 

¿No ha de ser combatir a su lado y luchar por su causa? Así lo entendió aquella alma que decía: «Tengo, bien lo sabéis, deseos de ver a Dios, pero en estos tiempos de persecución le tengo mayor de padecer por El; 

Morir cuando las Esposas del Cordero están convocadas para la cumbre del Calvario, no, no es éste mi ideal.»

El deseo del cielo y el amor de Dios. Morir cuanto antes, es quizá lo más seguro, y más pronto nos hallaríamos con nuestro Amado. Con todo, si Dios prolonga nuestra vida, con tal de que nos lleve al puerto, le bendeciremos eternamente por ello; por tanto, a cada paso podemos crecer en gracia y por lo mismo obtener nuevos grados de gloria. 

En algunos años podemos ganar cientos de miles, millones quizá; es decir: añadir por cientos de miles y de millones nuevas energías a nuestro poder de ver a Dios, de amarle y de poseerle.

 ¡ Qué magnífico aumento de gloria para El, y de felicidad para nosotros durante toda la eternidad! 

¿Tenemos ya caudal suficiente? 
¿No sería de desear que aún se acrecentase? 

Si nuestro cielo se hace esperar, puede embellecerse indefinidamente, y sería quizá con gran perjuicio nuestro el que escuchara Dios nuestros apremiantes deseos.

 Si acontece que uno y otro se considera muy necesario a los que le rodean, es señal inequívoca de divina voluntad, y por ende un motivo de moderar sus deseos. San Martín de Tours, en su lecho de muerte, hállase en una situación de este género; no teme morir, no rehúsa vivir, se abandona a la misma Providencia. 

La misma perplejidad había experimentado el gran Apóstol: «Para mí, la muerte es una ganancia, escribe a los filipenses; pero si se prolonga mi vida, he de sacar fruto de mi trabajo. Por dos partes me veo estrechado: deseo yerme desatado del cuerpo y estar con Cristo, y eso sería mucho mejor; mas mi permanencia en esta vida os es necesaria. No sé qué escoger»

San Alfonso ensalza indudablemente la perfecta conformidad con la voluntad divina, y con todo, presenta sus argumentos en forma que lleva más a desear la muerte que la vida. Idénticos matices ofrece el P. Rodríguez.

 A Santa Teresa le parecía que sufrir era la única rezón de la existencia: Señor, o morir o padecer. No puede soportar por más tiempo el suplicio de verse sin Dios; sin embargo, aceptaría con ánimo varonil todos los trabajos de este destierro hasta el fin del mundo, por recibir en el cielo un grado mayor de gloria. 

Su amiga María Díaz, llegada a la edad de ochenta años, rogaba a Dios prolongase su vida. Santa Teresa le manifestó un día el ardor con que deseaba el cielo: 

«Yo, respondió aquélla, lo deseo, pero lo más tarde posible; en este lugar de destierro puedo dar algo a Dios, trabajando, sufriendo por su gloria, pero en el cielo nada podré ofrecerle.» Según el venerable P. la Puente «estos dos deseos tan diferentes descansan sobre sólidos fundamentos, mas el de María Díaz era mucho más preferible, porque daba más a la gracia, única que puede inspirar el amor de la cruz». 

San Francisco de Sales, en su última enfermedad, permanece fiel a su máxima: nada desear, nada pedir, nada rehusar. Instábasele a que rezase la oración de San Martín moribundo: 

«Señor, si aún soy necesario a tu pueblo, no rehúso el trabajo», y con humildad profunda responde: «nada de esto haré; no soy necesario, ni útil, que soy del todo inútil». San Felipe de Neri dijo lo mismo en parecida circunstancia. Notemos, por último, estas acertadas palabras del Obispo de Ginebra:

 «Tomo a mi cuidado el cuidado de vivir bien, y el de mi muerte lo dejo a Dios». En una palabra, todos los santos han practicado el perfecto abandono, pero unos han deseado la muerte a la vida, otros prefirieron no tener ningún deseo.

Por dicha nuestra, no estamos obligados a hacer una elección y a formar peticiones en consecuencia, puesto que se trata de asuntos cuya decisión se ha reservado Dios. 

De igual modo, en cuanto al tiempo, el lugar y demás condiciones de nuestra muerte, tenemos el derecho de exponer filialmente a Dios nuestros deseos, o de dejarle el cuidado de ordenarlo todo según su beneplácito, en conformidad con sus intereses, que son también los nuestros.

Mas hemos de pedir con instancia la gracia de recibir los Sacramentos en pleno conocimiento, y de tener en nuestros últimos momentos las oraciones de la Comunidad; pues entonces, a la vez de deberes que cumplir, hay preciosas ayudas que utilizar. Sin embargo, si nosotros nos hallamos realmente dispuestos, esta petición, por justa que sea, ha de quedar subordinada al beneplácito divino. 

Nuestro Padre San Bernardo, ausente a causa del servicio de la Iglesia, escribía a sus religiosos: «¿Será, pues, necesario, oh buen Jesús, que mi vida entera transcurra en el dolor y mis años en los gemidos? Valdría más morir, pero morir en medio de mis hermanos, de mis hijos, de mis amados. 

La muerte en estas condiciones es más dulce y más segura. Y hasta va en ello vuestra bondad, Señor; concededme este consuelo antes que abandone para siempre este mundo. No soy digno de llevar el nombre de Padre, mas dignaos permitir a los hijos cerrar los ojos de su padre, de ver su fin y alegrar su tránsito; de acompañar con sus plegarias a su alma al reposo de los bienaventurados, si Vos la juzgáis digna de él, y de enterrar sus restos mortales junto a los de aquellos con quienes compartió la pobreza. 

Esto, Señor, si he hallado gracia en vuestros ojos, deseo de todo corazón alcanzar por las oraciones y méritos de mis hermanos. Sin embargo, hágase vuestra voluntad y no la mía, pues no quiero vivir ni morir para mí.»

 Santa Gertrudis, cuando caminaba por una pendiente abrupta, resbaló y fue rodando hasta el valle. Sus compañeras la preguntaron si no había temido morir sin Sacramentos, y la santa respondió: «Mucho deseo no estar privada de los auxilios de la Religión en mi última hora, pero aún deseo mucho más lo que Dios quiere, persuadida como estoy de que la mejor disposición que se puede tener para morir bien es someterse a la voluntad de Dios.»

Finalmente, lo esencial es una santa muerte preparada por una vida santa, ya que de esto depende la eternidad. He aquí lo que hemos de desear sobre todo y solicitar de manera absoluta. 

Esperando el día señalado por la Providencia, 
sea nuestro cuidado de cada instante hacer plenamente fructuoso para la eternidad el tiempo que Ella nos deja; y cuando nuestro fin parezca próximo, sea nuestra única preocupación conformar y aun uniformar nuestra voluntad con la de Dios, ya en la muerte, ya en todas las circunstancias, hasta las más humillantes, pues nada es más capaz de hacerla santa y apacible.


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viernes, 17 de junio de 2016

Clínicas del Alma....

.....Hoy propongo a la luz del Santo Espíritu que me ilumina,



 decirle a el máximo Jerarca de nuestra Iglesia en el mundo,
 que  hay que descentralizar y salir  en busca de la oveja perdida.


Su Santidad, usted debe fundar en el mundo mas  Clínicas del Alma.

 Para restaurar el Alma del hombre Herido por culpa del mismo Hombre y de si mismo y de los enemigos de nuestra salvación los ángeles caídos.

Y que son las Clínicas del Alma?

Serán centros de atención personalizada diferentes a nuestras parroquias e iglesias, serán  centros de educación y  guía espiritual, de orientación profesional evangélica, confesión e instrucción, imposición y administración de los santos sacramentos para el ciudadano común.

Se preguntara el Papa, los cardenales, obispos, sacerdotes
 y  los religiosos, laicos  que leen mi propuesta para eso 
están las Iglesias?

Pues desconocen en su esencia e ignoran profundamente en que se han convertido la mayoría de ellas en el mundo sin generalizar y exceptuando las que si cumplen con el deber antes mencionado y que  pido y los animo a  que sigan por ese camino y a un mas cada día para cuando se les pida cuentas de los talentos recibidos sepan dar cuenta de lo que hicieron con ellos.

Las iglesias de hoy muchas no cuentan con su nombre en su fachada y no se distinguen si son católicas o de cualquier otra denominación, por no tener su nombre impreso.

La comunidad en cabeza de su párroco ha descuidado la presentación personal de su iglesia olvidándose  que es templo sagrado donde esta cristo presente en cuerpo alma y divinidad, es la sede o representación de la casa del padre en la tierra.

Por ello clamo para que exista una « Ley Vaticana » para que todas las iglesias del mundo sean restauradas, pintadas  por dentro y por fuera así sea de manera humilde pero con decoro amor y esfuerzo.

Muchos buscamos a diario por las calles una iglesia o parroquia donde poder confesar nuestra debilidad ante el enemigo de nuestra salvación que a diario nos acecha y pocos encontramos iglesias abiertas de 6 am. a 9 pm.

Se preguntaran pero es excesivo el horario y quien las cuida y para que, si solo hay un fiel a la hora de celebrar o entrar.

Se les olvida  a los ordenados,  a los religiosos, a los  laicos y fieles LA MISION, para lo cual fueron llamados y se olvidan del evangelio donde se invita al banquete de bodas, o al que dice, ir de dos en dos, o, la parábola de los talentos, como entre muchas mas que se pueden citar.  

REFLEXIONAR PARA JUSTIFICAR

El hombre al buscar por todas partes y solo en los medios materiales la felicidad, la busca en las  drogas, en el sexo, en adquisición y  la posesión de bienes materiales, en adquirir para si y aprender todo el conocimiento del mundo material posible  entre muchas mas que podamos mencionar.


Esa necesidad del ser humano y el no poder alcanzar el gozo definitivo y absoluto en su alma lo lleva a tener  una vida llena de insatisfacciones, tristezas, amarguras, al igual que en  adquirir para su cuerpo físico el desarrollo de enfermedades derivadas de su propia angustia como locura, esquizofrenia, estrés y demás en su orden emocional, pero que en conclusión son solo enfermedades del cuerpo y  de la mente. Y son enfermedades puramente del hombre como ser racional y nada tienen que ver con su ser espiritual.

El hombre se compone de dos elementos espíritu y el cuerpo material, alimentamos el cuerpo lo ejercitamos, lo sanamos a través de los conocimientos adquiridos por evolución y esfuerzo de racionalidad del hombre.

Pero pocos son los que verdaderamente entran de forma plena y concreta a buscar por todos los medios lícitos posibles ha alimentar el espíritu o sanar su alma como bien se quiera entender.

El alma a diferencia del cuerpo transciende y cambia de estado, el cuerpo material en cambio enferma, desciende, envejece,  decae y muere.

Entendiendo lo anterior Dios, creador de todo lo visible e invisible doto al hombre de forma racional de un espíritu que debe ser custodiado, guardado, alimentado, restaurado y embellecido durante todo el tiempo que nuestro padre Dios decreto que durara nuestra existencia personal.

Ese alimento, esa restauración del alma solo se logra a través de la Fe. La fe nos conduce por el Camino de ascensión  hacia la verdad absoluta para vivir una vida llena de Gozo, Paz y felicidad en esta vida terrenal y como preparación para la entrada a la vida Eterna.

Solo mediante una Fe única y plena en un Dios creador de todas las cosas que rige la naturaleza creada será, el Camino, y  la medicina necesaria para que el hombre encuentre el verdadero sentido de  su existencia en la vida presente.

Esa Fe esta impregnada en el fondo de nuestro corazón como un sello, esta sembrada al inicio de nuestra creación personal en nuestra alma, por ser hijos de un creador y de una creación.

Esa Fe, necesita ser regada, alimentada para que brote en nuestra alma cada vez mas la semilla de lo que en esencia somos y de donde venimos que es el Amor, que proceden del Bien absoluto, que es Dios, Padre creador y eterno e inmutable en su Amor, misericordia, bondad y  sus leyes para con la creación entera y su destino.  

Ese amor es dado a todos los hombres sin distinción alguna de raza, credo, lo llevamos como mencione antes en el centro de nuestra alma.

El hombre cuando poco a poco va entendiendo con la ayuda del creador el plan divino de  la creación y del hombre, se pregunta entonces para que lo creo Dios, cual es el fin del padre para con el, su entorno y el mundo.

El Hombre al no encontrar razón alguna en su mente del destino u objeto para lo cual fue creado, y el haber caminado por diferentes sentidos en la vida, tanto en el plano material como en el plano espiritual pero de forma equivocada y no encontrar la respuesta a todos sus interrogantes y felicidad.

Es entonces cuando clama desde el centro de su alma Abad Padre, aquí estoy hágase en mi según tu Voluntad y no la mía por que soy un pobre infeliz.

El hombre  se dice así mismo,  Señor yo soy un pobre hombre que siempre me equivoco, siempre tengo miedo, siempre soy débil y siempre estaré necesitado de un ser Superior que me guie, me custodie, me enseñe y me Ame.

El Hombre de todos los tiempos al clamar pidiendo ayuda (Oración) en cualquier situación personal, de pueblos y naciones solo debe mirar al horizonte de su vida  y tratar de divisar en lo mas profundo ese ser invisible que se esconde, pero que a la vez esta presente en cada acontecimiento de nuestra Vida y del mundo.

¿Como entender lo anterior? Dios ya se revelo al hombre y seguirá revelándose de diferente manera, de diferente forma y por cualquier medio hasta el final de los tiempos.

Esa manifestación de Dios se realiza en la mayoría de sus veces a través de La Palabra Revelada e  Inspirada en el Amor y basada únicamente en la Ley de Dios y sus mandamientos. Al igual se nos revela urgiendo al hombre a seguir y recorrer  el camino de las enseñanzas evangélicas dadas por El y enseñadas por su Hijo Jesús.

Recordad cuando expreso: 

Yo soy el Camino, la verdad y  la Vida.

Nosotros todos sin distinción alguna siguiendo el camino de los Santos, que en gran cantidad existen en la historia de los tiempos y hasta el día de hoy.

Ese ejemplo es solo la realización de una vida personal, basada en la toma  de sus   decisiones  en el  cumplimiento del deber de cada día, del amor de Dios, de su Leyes que no son si no mas bien su Santa y alabada Voluntad.

Describiré un ejemplo sencillo a este tema anterior:

En el hogar de una familia siempre habrá una autoridad y unas reglas básicas  a cumplir con unos deberes y obligaciones para con los que allí habitan.

Cualquier Integrante de ese hogar generara desorden en el, cuando mal interprete, ejecute, no entienda o acepte las reglas descritas para el sano convivir  de la casa a la cual pertenece.

El ejemplo anterior nos debe trasladar a nuestra casa mayor la tierra, a nuestro Padre que  la creo y  la rige,  que decreto unas  leyes para una  convivencia sana y en paz y basadas en la justicia y la equidad.

Todos Los integrantes del mundo al darle mal  interpretación a  las leyes o reglas impartidas, al no ejecutarlas, al no entenderlas y al no cumplir las reglas impuestas por nuestro creador Dios, generara en su entorno personal, mental, físico, familiar, social, y de pueblos y naciones la descomposición en cualquier sentido que se quiera entender.

Esa descomposición de la ley genera una decadencia personal, mental y material, genera en su entorno el sufrimiento personal y colectivo, por lo tanto no se  es Feliz y no se encuentra sentido a la vida  a su entorno a su destino al mundo, Ni quiere el hombre  saber de Dios y sus leyes.

Es entonces cuando el hombre no importa  la raza, su credo, religión, edad, sexo, posición económica y demás, el hombre  empieza a tratar de darle sentido a su vida y busca como salir de ese estado de infelicidad e intranquilidad.

La única forma de salir del estado en que se encuentran 
los hombres de todas las naciones, razas, pueblos,
 edades y credos es solo es en 
las Clínicas del Espíritu.

Las Clínicas del Espíritu son variadas en su forma, presentación, entendimiento, visualización y demás por que penetran al interior de cada ser humano de acuerdo a su sensibilidad emocional, grado de conocimiento, de  racionalidad y de Fe del que se encuentre.

De ese grado depende su fácil ascensión y transcendencia de su alma por eso y solo eso Es,  lo que el hombre busca.

Que  su alma transcienda a un nivel más elevado para alcanzar la fuente de toda gracia, felicidad, gozo y paz en el corazón en  su vida, su entorno que Es, y debe ser siempre Dios.

La meta de todo ser humano al habitar la tierra presente en el tiempo que dure su existencia es la de encontrarse con el creador a través de la creación en todo tiempo, lugar y cosa que realice piense y desee, de ese pensar, desear, actuar en base solo a las leyes impartidas por el creador en esta su casa y la nuestra pero que somos peregrinos o forasteros depende nuestra felicidad.

La felicidad se encuentra en gran medida en  las Clínicas del Espíritu, en el cumplimiento de las leyes de Dios, en el esfuerzo constante y decidido por transcender y buscar por medios lícitos posibles encontrarse con el creador para que cada vez con su ayuda, nuestra alma se posicione en un escalón mas alto en el camino de ascensión a la casa del Padre.

Ese camino de ascensión a la casa del Padre, comienza desde esta misma vida presente y terrenal,
 es acá en esta vida presente donde ascendemos o descendemos es en este mundo, donde tenemos un adelanto de cielo o de infierno o de purgatorio.

Es en el diario vivir y actuar donde podemos encontrar gozo.

El gozo y la felicidad se pueden solo observar, sentir y buscar teniendo sobre todo mucha visión sobrenatural, esa visión sobrenatural solo se logra cuando por voluntad propia nos adentramos por los camino de La Fepor los caminos de la Fe en Jesucristo, de la Fe de en la virgen María, por la Fe de los santos, por la fe en el  espíritu santo, comunicación entre el padre y nosotros, esa fe solo la vivimos cuando nos declaramos hijos de un creador y de Dios.

Solo cuando nos declaremos Hijos de Dios y profesemos una sola fe, la de la Razón y la de la gracia que habita en el centro de nuestra alma, es cuando comienza nuestro camino seguro de regreso a la casa del padre.

Pero solo ese regreso se da cuando estemos alejados de toda inclinación egoísta, material, animal y poco razonada y evolucionada, en términos y no de discusión, el hombre ha evolucionado en ciencia, por que el creador se lo ha permitido y revelado, pero también debe evolucionar o trascender en espíritu.

Si el hombre fallece sin lograr lo antes mencionado no cumplió la finalidad para lo cual fue creado por lo tanto nuestro padre celestial en su infinita misericordia de padre bueno y amoroso como lo es su esencia sabrá darle el lugar adecuado a cada alma en la vida eterna.

Los lugares reservados para la vida eterna los puedo describir de una forma sencilla y es describiendo un concierto o partido en un estadio con nuestro cantante o equipo preferido, haber luchado por conseguir la entrada al estadio a costa de dolores trabajos sacrificios y demás, y aun llegando temprano al evento encontramos que todas las butacas, puestos asientos estaban ya reservados o ocupados para aquellas personas que desde antes del evento fueron precavidas y reservaron los primeros puestos.

Nos tocara conformarnos con presenciar el evento desde lo mas distante no pudiendo gozar así del canto embellecedor de ese precioso artista que es el creador de lo visible e invisible de lo posible e imposible y por lo tanto sentiremos tristeza profunda y rechinar de dientes, el no poder estar cerca y disfrutar como nuestros hermanos que nos aconsejaron que reserváramos puestos, y teniendo en cuenta que hubo publicidad por todas partes, en medios de comunicación escrita, hablada y que hicimos caso omiso de ello.

Ese hacer caso omiso es lo que sucede a diario en nuestra vida personal hay publicidad excesiva en cualquier medio de comunicación donde anuncian la palabra revelada, y el Verdadero Camino de Ascensión al Padre o al estadio con el gran artista el Creador, Dios.

Dios sabe de nuestra limitación, de nuestra terquedad, incredulidad y demás, por ello debemos cada vez mas formar en nuestro entorno Clínicas del Espíritu para restaurar las almas, sanar las almas, perfeccionar las almas.

Esas Clínicas del Espíritu como mencione antes son las iglesias, centros de peregrinación mariano, comunidades, laicales, religiosas, apostólicas de cualquier orden de diferente carisma pero que solo cumplan con un fin y es el de ayudar al encuentro del verdadero Camino que conduce a la vida eterna y la felicidad o gozo temporal en esta vida Presente.

Hoy propongo a la luz del Santo Espíritu que me ilumina decirle a el máximo Jerarca de nuestra Iglesia en el mundo, que  hay que descentralizar y salir  en busca de la oveja perdida,  lo que esta ya fundado pues ponerse en la tarea de  afianzarlo a un mas, y lo que esta por fundarse pues fundarlo.

Su Santidad, usted debe fundar en el mundo mas  Clínicas del Espíritu para restaurar el Alma del hombre Herido por culpa del mismo Hombre y de si mismo y de los enemigos de nuestra salvación los ángeles caídos.

Y que son las Clínicas del Espíritu?

Serán centros de atención personalizada diferentes a nuestras parroquias e iglesias, serán  centros de educación y  guía espiritual, de orientación profesional evangélica, confesión e instrucción, imposición y administración de los santos sacramentos para el ciudadano común.

Se preguntara el Papa, los cardenales, obispos, sacerdotes
 y  los religiosos, laicos  que leen mi propuesta para eso 
están las Iglesias?

Pues desconocen en su esencia e ignoran profundamente en que se han convertido la mayoría de ellas en el mundo sin generalizar y exceptuando las que si cumplen con el deber antes mencionado y que  pido y los animo a  que sigan por ese camino y a un mas cada día para cuando se les pida cuentas de los talentos recibidos sepan dar cuenta de lo que hicieron con ellos.

Las iglesias de hoy muchas no cuentan con su nombre en su fachada y no se distinguen si son católicas o de cualquier otra denominación, por no tener su nombre impreso.

La comunidad en cabeza de su párroco ha descuidado la presentación personal de su iglesia olvidándose  que es templo sagrado donde esta cristo presente en cuerpo alma y divinidad, es la sede o representación de la casa del padre en la tierra.

Por ello clamo para que exista una « Ley Vaticana » para que todas las iglesias del mundo sean restauradas, pintadas  por dentro y por fuera así sea de manera humilde pero con decoro amor y esfuerzo.

Muchos buscamos a diario por las calles una iglesia o parroquia donde poder confesar nuestra debilidad ante el enemigo de nuestra salvación que a diario nos acecha y pocos encontramos iglesias abiertas de 6 am. a 9 pm.

Se preguntaran pero es excesivo el horario y quien las cuida y para que, si solo hay un fiel a la hora de celebrar o entrar.

Se les olvida  a los ordenados,  a los religiosos, a los  laicos y fieles LA MISION, para lo cual fueron llamados y se olvidan del evangelio donde se invita al banquete de bodas, o al que dice, ir de dos en dos, o, la parábola de los talentos, como entre muchas mas que se pueden citar.  

La comunidad se debe organizar, vigilar y ayudar en cabeza del párroco o sacerdote del pueblo, ciudad o nación y del mundo para que las iglesias y parroquias cumplan con la finalidad para la cual fueron creadas y es la de estar siempre  con las puertas abiertas y el sacerdote dispuesto, el mayor tiempo posible para que las almas enfermas y necesitadas de medicina espiritual asistan a sanar, restaurar su alma a través de la confesión, oración, alabanza, adoración y recibir la Eucaristía que es el ALIMENTO DEL ALMA.

Me da vergüenza encontrar iglesias donde existiendo párrocos solo ofician una vez al día o solo los fines de semana y poco se evangeliza o se da confesión o dirección espiritual o se tienen grupos de evangelización de catequesis y demás.

Las múltiples razones que el lector dará como justificación a las verdades que Dios reclama a través de estas reflexiones iluminadas son diversas pero no justificadas, cada párroco al tener su templo sin nombre sin organización, sin pintura externa e interna, sin un horario de confesión amplio y suficiente y una dirección espiritual uno a uno con cada feligrés de su grey, le  esta sumando a una lista de agravios que tendrá que dar cuanta en su juicio personal.

No quiero con estas palabras juzgar por que se que esta mal hecho y no es mi deber  pero si quiero, en el mejor de los  sentidos de hacer caer en la cuenta, urgir, corregir de manera fraterna a nuestra querida Iglesia Católica que  necesitamos Clínicas del Espíritu abiertas, decentes, amables donde no solo se recuerde y viva el santo sacrificio que nuestro señor Jesús, cuando entrego su Vida  por la humanidad.

Si no que también ese sacrificio se realice en cada sacerdote y entregue su vida, se crucifique en su iglesia hasta el cansancio por su feligresía, todos ellos   ávidos que los sanen en el espíritu y que  no  vean  al sacerdote como un ser distante, serio, poco dado a la gente del común y lleno de prejuicios y achaques y amonestaciones para cumplir su santa obligación cuando tomo la decisión de ser uno mas de los representantes de la Santísima Trinidad en la tierra, hasta el día que sea llamado a la casa del Padre.

Sabedor que mis palabras son densas, duras y  difíciles de entender, comprender y poner en práctica en la realidad de hoy de cada iglesia  propongo nuevamente crear las Clínicas del Espíritu.

Las Clínicas del Espíritu serán fundadas en los centros urbanos de cada ciudad, donde más aflore la necesidad sentida de más enfermedad espiritual.

Dichos centros gozaran de capilla pequeña para la celebración y  adoración al santísimo que será expuesto las 24 horas, con guardias de honor de laicos y fieles comprometidos a adorar, vigilar, acompañar y guiar a nuestro señor para que restaure en el alma a tantos y tantas y miles que se acercaran las 24 horas para un encuentro personal con Nuestro señor sin limitación de tiempo.

El refrán popular dice si la montaña no viene a mi  yo iré a la montaña, pues a la iglesia de Hoy le corresponde primero mantener sus templos abiertos, segundo salir a buscar a las almas en pena y en pecado, débiles y enfermas.

A la Iglesia de hoy  le corresponde me dice el Santo Espíritu  de Dios que me ilumina a decirles que deben salir de su poltronería, de su aburguesamiento y falta de compromiso, les corresponde ir de dos en dos como los primeros cristianos que en contra de toda prueba, en contra de toda  ley y autoridad, limitación de medios de transporte, y en contra de las inclemencias del  clima de dificultades económicas fundaron y continuaron con la hoy establecida y reluciente iglesia de Dios en la tierra.

Es mi orgullo ver la majestuosidad y pleno respeto que merece la iglesia  y reconocimiento a nivel mundial recordando con ello los miles de sufrimientos que tuvo que padecer en la serie de los siglos por estar en el punto de un muy buen  reconocimiento mundial.

Pero eso solo no basta, son muchos hombres de diferentes credos razas, culturas, edades que no conocen de Dios, ni quieren saber de El, o conociéndolo desde niños se han alejado por diferentes circunstancias.

Es hora de salir en busca de ese grupo en nuestro entorno y sanarles el alma.

Fundemos Clínicas del Espíritu, con Capillas de exposición al santísimo permanente, confesión permanente, dirección espiritual permanente Las 24 horas,  celebremos eucaristías en lugares próximos a centros de perdición como bares, discotecas, zonas  de juego azar y guerras, celebremos eucaristías en zonas de alto riesgo de vulnerabilidad  como pobreza absoluta, busquemos permanentemente  a los habitantes de las calles por cualquier situación y busquemos por todos los medios sanarles el alma y el cuerpo,  adelantemos diferentes y abundantes campañas de sensibilización de la sociedad para que exista mas justicia social y equidad, que permanezca en nuestra pequeña comunidad un entorno de fraternidad y un componente alto de  subsidiaridad al mas necesitado o menos afortunado.

Las Clínicas del Espíritu serán, formaran y ayudaran a la evangelización, conversión y sanación del alma y del cuerpo, pero solo se lograra con la decisión unánime decidida y ambiciosa de una iglesia renovada a ejemplo de los primeros cristianos que fueron denominados los seguidores del Camino y que dieron y gastaron de manera sacrificada toda su vida por la humanidad.

La logística, ubicación y servicio y manutención de las Clínicas del Espíritu correrán por cuenta de un organismo clerical, laical y civil corresponde entonces  armar todo un equipo multidisciplinario en todas las ramas no solo clericales si no sociales, como son médicos, enfermeros, psicólogos, maestros, sacerdotes , padres de familia jóvenes en fin una gama variada de profesionales en diferentes ramas, que presten sus servicios de manera gratuita desinteresada y voluntaria en tiempos preestablecidos según cada caso en particular.

Después de analizar, censar, evaluar y concluir las necesidades de cada pueblo, ciudad, o  nación, para que todos en equipo puedan  prestar la ayuda necesaria y acabar de complementar ayuda a las  almas  ávidas y necesitadas que se les muestre la mano de Dios.

Es a nuestra Iglesia a la que le corresponde liderar y emprender el Camino de restaurar los corazones heridos, hambrientos y desamparados de la humanidad, solo lo lograremos siendo pioneros, innovadores y poniendo todo en las manos del autor de esta iluminación de Idea, en Dios.

Dios clama justicia para con su pueblo  humilde y  necesitado y pecador, unámonos todos juntos con el amor de Dios que hay en nuestro corazón para fundar por todo el mundo las clínicas del Espíritu. 



Como una más de las  posibles soluciones frente a la necesidad del ser humano de tratar por todos los medios de entender, comprender y vivir una vida llena de gozo, paz y felicidad, mientras le llega el día de su paso a la vida eterna.


 El Santo Espíritu de Dios que me ilumina  nos dice que este clamor llegara a cumplirse y llegara de manera fácil y decidida hasta  la persona 
Su santidad =
que tendrán el deber de Ejecutarlo.

Así sea.

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