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jueves, 6 de octubre de 2011

¿QUÉ ES EL DISCERNIMIENTO?......tiene que ver con la búsqueda que tiene el hombre de Dios



En 1Co.12,10 nos dice la Biblia que uno de los dones dados por el
Espíritu Santo a la Iglesia es el discernimiento de espíritus. Este don es utilizado para proteger a los creyentes de espíritus malos que se muevan en el ambiente o bien dirigirlo hacia donde el Espíritu nos lleve de manera sobrenatural.



Discernir significa reconocer o identificar. Separar para elegir; discernimos lo
bueno de lo malo, tiene que ver con la búsqueda que tiene el hombre de Dios, de lo
que le agrada, encontrándose en ese caminar fuerzas contrarias pero desiguales, la
acción del espíritu de Dios que trata de conducirlo por la verdadera senda,
ayudándole a reconocer y vencer los obstáculos y la acción del mal. El demonio
que es enemigo de Dios, que trata de todos los medios a su alcance de
apartarnos del camino verdadero y así precipitarlo junto a él al abismo eterno (1P.
5,8; Gn.3,14 ; Mt. 4,1-10). Nosotros mismos y nuestros intereses, porque
podemos estar escuchando nuestra voz interior y la podemos confundir porque nos
agrada mucho lo que escuchamos.

El discernimiento puede ser el arte del sentido común es decir una intuición
natural que puede ser adquirida o puede ser un carisma, un don particular que
comunica el Espíritu Santo para reconocer de que origen provienen los movimientos
interiores del alma. El “arte” del discernimiento no sustituye la luz de Dios. Siempre
será necesario pedir esa luz para usar acertadamente las reglas de discernimiento.
El poder utilizar el discernimiento de espíritus es un regalo dado por Dios
( 1 Cor 12:7, Gál 3:5,), el cual nos guía hacia el orden de Dios (1
Cor 14:29-33) en medio del mover del Espíritu Santo y de los otros espíritus .
Este don nos sirve para: Prevenir,Ver mas allá de lo que muchos ven,
Ponernos en aviso, Distinguir, Ver las intenciones del corazón
Además de estos usos que Dios le da a este maravilloso don, existen
lugares y ocasiones especiales por las cuales se puede "activar", es decir
que puede ser utilizado en momentos como los siguientes:

1. En ministración (Se discierne por medio de la confesión, imposición
de manos, al tener contacto, o al recibir una luz acerca del problema o
bien la raíz del problema que se esté afrontando)




2. Consejería (Por medio de este don se pueden visualizar los
problemas desde otro ángulo y poder dar un consejo adecuado y
oportuno a la situación que esté viviendo una persona específica)

3. Liberación (para conocer cuál espíritu o demonio es el que ha
tomado lugar en un cuerpo y desalojarlo por medio de la guía que Dios
dé por medio de su Espíritu Santo.)

4. En la unidad con Dios al momento de ministrar los dones.
Antes de pedir a Dios este don debemos tener clara la motivación que
nos lleva a solicitarlo, pues la Biblia dice que si nosotros lo anhelamos
con el propósito de que sirva de edificación a la Iglesia, Dios lo
hará abundar en nosotros.

A continuación daremos algunos ejemplos que se observan en la Palabra
de Dios acerca de la forma en que este maravilloso don actúa, ya que
no siempre va a ser la misma manifestación, pues Dios es soberano y se
puede manifestar de distintas formas cada vez que él lo considere
necesario hacer.

1. Jesús sana a la suegra de Pedro (Lc. 4:38-39).
Es importante notar aquí que El Señor tomó autoridad sobre la fiebre, la
reprendió y ésta tuvo que abandonar el cuerpo de la suegra de Pedro.
Esta es una característica muy importante del don de discernimiento de
espíritus, ya que al discernir el espíritu (bueno o malo), habrá que
tomar autoridad, si es necesario sobre este espíritu y desalojarlo directamente.

2. Jesús sana a un hombre poseído por un espíritu (Mar 9:25)
Nuevamente Jesús discierne el espíritu que había tenido atormentado a
este hombre, lo reprende, e inmediatamente el espíritu huye.
El discernimiento es señal de madurez. El discernimiento puede ser igual un don,
como nos lo enseña Pablo (1Co.12,10).

En este caso Dios da por gracia un instinto
sobrenatural muy seguro que permite reconocer inmediatamente el origen
sobrenatural y no sobrenatural de las inspiraciones interiores que animan a una persona o grupo.

En la palabra discernir encontramos la clave de lo que buscamos con nuestra
búsqueda de la voluntad de Dios. Es una palabra muy querida en la Renovación
Carismática católica puesto que alude a uno de los carismas del Espíritu Santo.
Podemos profundizar también el tema del discernimiento a la luz de la Conferencia
de Puebla y de las enseñanzas del Papa Pablo VI.

El discernimiento es un acto fundamentalmente cristiano, mientras se haga a partir
del Evangelio, con visión de Fe. Es a partir del evangelio como los signos de los
tiempos se convierten en interpretaciones de Dios a las que debe responder la
acción evangelizadora de la Iglesia en general y de cada uno de los cristianos en
particular.

Fue Pablo VI quien de manera mas decidida saco del olvido el discernimiento y lo
colocó como actitud fundamental y primera, en la acción evangelizadora
concientemente desarrollada. Texto clave en su doctrina es la carta Octogésima
Adveniens escrita en 1971.

Condiciones fundamentales para que el discernimiento merezca el nombre de cristiano:




1. Comunitario: El discernimiento que aspira examinar y transformar la realidad
debe ser comunitario, es competencia de las comunidades cristianas. La
complejidad de la realidad imposibilita que sea realizado solo por una persona,
que se base solo en una palabra cuando se trata de la vida de la iglesia. Pero es
lógico admitir que ese discernimiento comunitario debe verse acompañado en
todo momento por el discernimiento personal (Octogésima Adveniens, No 49)
2. Carismático: Todo autentico discernimiento debe realizarse bajo la acción del
Espíritu Santo. Su luz es absolutamente imprescindible.

 Por eso la oración es el
ambiente normal en donde disciernen los hermanos.

Allí suplican al paráclito que les de la caridad de su iluminación.

3. Eclesial: Para discernir eclesialmente debe darse comunión con los pastores
responsables. Así lo enseña Pablo VI, leyendo nuestra realidad a la luz de las
orientaciones de nuestros pastores.

4. Dialogal: En el discernimiento de la realidad no estamos solos. Se requiere
dialogar con muchos hermanos, católicos. El Señor quiere la salvación de todo
hombre y también la de todos los hombres.

Es un conocimiento que infunde directamente el E. S. ( Jn.14,15-16; Jn.14, 26),
esta luz ilumina de tal modo la inteligencia, que la voluntad no puede dudar del
origen y finalidad Divina, de los pensamientos, impulsos, experiencias o acciones de
una persona o un grupo. En el carisma del discernimiento el conocimiento es
inmediato y por eso se habla de una luz interior.

Una especie de sentido espiritual que permite captar lo que es auténtico del E
S, lo que viene de Él. Un discernimiento tiene, pues, una enorme importancia;
permite en efecto percibir lo que viene del Espíritu, lo que es de la carne, lo que emana de las

fuerzas de las tinieblas y retener lo que manifiesta la acción del Espíritu.

Este carisma se conoce en inspiraciones o mociones interiores. No se
trata de una intuición psicológica especialmente para que el Espíritu pueda usarla,
se trata específicamente de mociones pasajeras que vienen de la Gracia.
Mientras más unidos estemos al Señor Jesús y más encontremos a nuestro Padre en
Jesús, más se desarrolla en nosotros este sentido espiritual sobre nuestra
inteligencia y nos ayuda a percibir lo que viene de Dios y lo que le agrada.

Cristo prometió su espíritu, un consejero que nos enseñaría e iluminaría. Dentro de
su plan estaba guiarnos personalmente como un Padre que nos ama, para que cada
uno encontrara su camino dentro de El. Esto lo hace a través de impulsos e
inspiraciones que pone dentro de nosotros el espíritu que nos habita. Sin embargo,
no siempre sabemos con certeza si una inspiración recibida proviene realmente de
Dios. Muchas veces el espíritu del mal nos confunde y llega hasta imitar las inspiraciones de Dios. Por eso San Juan nos advierte:

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios” 1Jn. 4,1
. Esto es lo que hace el Discernimiento.

INSPIRACIONES ORDINARIAS Y CARISMÁTICAS

Con respecto a las inspiraciones que recibimos, las hay ordinarias y carismáticas.
Surgen dentro de nosotros en forma muy similar a nuestras inclinaciones naturales;
son simplemente impulsos para hacer o dejar de hacer algo. Las podemos distinguir
de nuestros impulsos naturales porque van envueltas en un sentimiento de delicado amor
proveniente del Espíritu santo.

En estas inspiraciones no hay nada de espectacular, son simples impulsos amorosos
dentro de nosotros que nos da el espíritu Santo para iluminarnos, fortalecernos y
guiarnos. Por lo mismo son menos peligrosas y a la vez mas deseables. Constituyen
la forma ordinaria de relación con Dios y las personas que están cercanas a El y
buscan su voluntad, por lo que solo pueden ser recibidas por los que viven en
estrecho contacto con El.

El principal problema que nos representa este tipo de inspiración es distinguirlas de
los impulsos surgidos de nuestra afectividad natural. Lo importante es que estemos
siempre abiertos a la acción de Dios dentro de nosotros sabiendo que las
inspiraciones ordinarias son la manera normal de actuar del espíritu de amor.

Toda perfección de la vida cristiana consiste en poder llegara una capacidad de escuchar
y a una docilidad tan grande al Espíritu Santo que no necesite de medios
extraordinarios para conducirnos. A medida que una persona se acerca a Dios, estas

inspiraciones ordinarias se convierten en una atmósfera que envuelve la vida
entera. No necesita consultar al Señor en cada caso particular, ya que vive
continuamente en atención amorosa a su voluntad. Sin embargo, no hay nadie que,
en algunas circunstancias de su vida, no tenga que hacer un ejercicio activo y
voluntario de discernimiento antes de tomar una decisión.

INSPIRACIONES CARISMÁTICAS

Son experiencias como impulsos provenientes de fuera de nosotros. Pueden
consistir en visiones, palabras o en ideas que surgen de pronto sin causa especial. A
veces son simplemente impulsos a hacer algo, a hablar con alguien desconocido o ir
a un lugar insólito. Son las mas extraordinarias y las menos frecuentes. También
son las mas peligrosas ya que Satanás puede imitarlas ; el puede darnos visiones y
mensajes que nos confunden. Ver Siracides o Eclesiástico 34, 1-7 Siempre que
tengamos una inspiración de este tipo será necesario ejercer discernimiento sobre ella.

Es probable que Dios envié este tipo de inspiraciones cuando se necesitan
instrucciones muy precisas para llevar a cabo una misión especial. Tenemos
ejemplos en la escritura como: Hech.9, 10-19; 16,7, 9-10
Aunque sea difícil determinar con precisión cuando una inspiración es ordinaria o
carismática, es bueno intentar distinguirlas ya que la actitud a tomar en cada caso
es diferente.

CRITERIOS DE DISCERNIMIENTO

Existen algunos criterios que nos pueden ayudar a descubrir si una inspiración
recibida es o no de Dios. No son, sin embargo, recetas que nos entreguen
respuestas automáticamente, ya que permanecerán algunas oscuridades que nos
obligarán muchas veces a tomar decisiones sin contar con una certeza absoluta,
confiados en que nuestro Padre, viendo nuestra buena intención, no permitirá que
equivoquemos el camino. Incluso los más grandes santos pasan por períodos de
dolorosas dudas acerca de lo que el Señor les esta pidiendo. Esto es parte de
nuestra vida en la tierra y nos sirve para descansar cada vez más en el Señor.
Estos criterios los podemos agrupar en dos:

Criterios Objetivos y CriteriosSubjetivos.

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