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viernes, 27 de abril de 2012

Acepto todo lo que me sucede como enviado por la voluntad amorosa de Dios que desea sinceramente mi felicidad


Hoy el Señor me dijo: "Exijo de ti un sacrificio perfecto y en holocausto, el sacrificio de la voluntad; ningún otro sacrificio es comparable a éste. 

Yo Mismo dirijo tu vida y dispongo todo de manera que seas para Mí una ofrenda continua y hagas siempre Mi voluntad
y para completar esta ofrenda te unirás a Mí en la cruz. 
Conozco tus posibilidades. 
Yo Mismo te ordenaré directamente muchas cosas y la posibilidad de la ejecución la retrasaré y la haré depender de los demás
aquello que las Superioras no podrán alcanzar, lo completaré directamente Yo Mismo en tu alma y en el fondo mas secreto de tu alma habrá un sacrificio perfecto de holocausto, y esto no por algún tiempo, sino que debes saber, hija Mía, que este sacrificio durará hasta la muerte. Pero vendrá el tiempo en que Yo, el Señor, cumpliré todos tus deseos; tengo en ti Mi complacencia como en una Hostia viva; 
No te espantes de nada, Yo estoy contigo
(Diario 923)

Hemos de recordar amigos que esto se lo dijo a Santa Faustina para todos y cada uno de nosotros. Ella entendió esto bien y escribió:

"Deseo vivir en espíritu de fe, acepto todo lo que me sucede como enviado por la voluntad amorosa de Dios que desea sinceramente mi felicidad; 
por eso todo lo que Dios me envíe lo aceptaré con sumisión y agradecimiento sin hacer caso a la voz de la naturaleza ni a las sugerencias del amor propio.

HACER ORACION
Antes de emprender una acción,
 de mayor importancia reflexionaré un momento para ver qué relación tiene con la vida eterna y cuál es el motivo principal de hacerla: la gloria de Dios o el bien de mi propia alma o el bien de otras almas. Si el corazón me dice si, entonces seré inflexible en la ejecución de dicha acción, sin reparar en ningún obstáculo ni sacrificio; no me dejaré desviar del propósito que me haya propuesto, me bastará saber que es grato a Dios. Y si conozco que una acción dada no tiene nada que ver con lo dicho anteriormente, trataré de elevarla a esferas más altas mediante una buena intención. Y si conozco que algo proviene del amor propio lo eliminaré en su origen." 
(Diario 1549)

Santa Faustina siempre rezaba para pedirle a Nuestro Señor conocer Su Voluntad para así hacerla en su vida.

"...¿Qué hacer? ¿A dónde dirigirme, si no conocía a nadie? Y dije a la Madre de Dios: María, dirígeme, guíame. Inmediatamente oí en el alma estas palabras: que saliera de la ciudad a una aldea donde pasaría una noche tranquila. Así lo hice y encontré todo tal y como la Madre de Dios me había dicho. Al día siguiente, a primera hora regresé a la ciudad y entré en la primera iglesia que encontré y empecé a rezar para que siguiera revelándose en mí la voluntad de Dios." 

"Volví a la celda, las hermanas estaban ya acostadas y la luz apagada. No sabía que
Hacer [conmigo]. 
Me tiré al suelo y empecé a rezar con fervor 
para conocer la voluntad
de Dios..." 
En varias ocasiones Santa Faustina veía la Voluntad de Dios en las circunstancias que no estaban en su control, 
pues así lo quería Dios. 
Un día quizo salir del convento donde estaba:
"... tres semanas después vi que aquí había muy poco tiempo para la oración y que muchas otras cosas me empujaban interiormente a entrar en un convento de regla más estricta. Esta idea se clavó en mi alma, pero no había en ella la voluntad de Dios.
No obstante, la idea, es decir la tentación, se hacia cada vez mas fuerte hasta que un día decidí hablar con la Madre Superiora y salir decididamente. Pero Dios guió las circunstancias de tal modo que no pude hablar con la Madre Superiora 
Jesús no quería que Santa Faustina se fuera de ese convento por eso no pudo ella hablar con la Madre Superiora. Mas tarde Nuestro Señor le dijo: 
"Tú Me vas a herir dolorosamente si sales de este convento. Te llamé aquí y no a otro lugar y te tengo preparadas muchas gracias. Pedí perdón al Señor Jesús e inmediatamente cambié la decisión que había tomado".
 (Diario 18)


En otra ocasión se había planeado un paseo con otras hermanas y había un soleado día, pero no era la Voluntad de Dios que fueran a ese paseo y entonces se nubló de repente y empezó una lluvia torrencial:

"Todos se extrañaban, ya que en un día tan bello ¿Quién podía esperar la lluvia, y que cambiara así en tan poco tiempo? La Madre Superiora me dice: Cuanto siento que ustedes, hermanas, no pueden ir. Contesté: 
Querida Madre, no importa que no podamos ir, la voluntad de Dios es que nos quedemos en casa. Sin embargo nadie sabía que era un claro deseo de Jesús que me quedara en casa. Pasé todo el día en el recogimiento y la meditación; agradecí al Señor por haberme hecho quedar en casa. En aquel día Dios me concedió muchas consolaciones celestiales."
(Diario 64)

En una ocasión Jesús le dijo a Santa Faustina que viviera según su voluntad y esto le fue confirmado en dirección espiritual por el Sacerdote que la dirigía:


"Una vez oí estas palabras: 
Deseo que vivas según Mi voluntad en los más
 secretos rincones de tu alma. 
Comencé a meditar estas palabras que llegaron hasta lo más profundo de mi corazón. Aquel día había confesión de la Comunidad. Cuando fui a confesarme, después de acusarme de los pecados, el sacerdote me repitió las palabras que antes me había dicho el Señor." (Diario 443)


"El sacerdote me dijo estas palabras profundas:
  Hay tres grados en el cumplimiento de la voluntad de Dios.


El primero: es cuando el alma cumple todo lo que está notoriamente comprendido en los reglamentos y en estatutos de la observancia exterior.



El segundo grado consiste en que el alma sigue las inspiraciones interiores y las cumple.


El tercer grado es aquel en que el alma, entregándose a la voluntad de Dios, le deja la libertad de disponer de ella, y Dios hace con ella lo que le agrada, porque es un instrumento dócil en sus manos.


Y me dijo ese sacerdote que yo estaba en el segundo grado del cumplimiento de la voluntad de Dios, y que no tenia todavía el tercer grado del cumplimiento de la voluntad de Dios; no obstante debía empeñarme para cumplir ese tercer grado de la divina voluntad.


Esas palabras penetraron mi alma por completo. Veo claramente que muchas veces Dios da a conocer al  sacerdote lo que pasa en el fondo de mi alma; eso no me sorprende nada, mas bien agradezco al Señor que tiene a estos elegidos." 
(Diario 444)


En otra ocasión Jesús le dijo: "No tengas miedo de nada, Yo estoy contigo, estos asuntos están en Mis manos y los realizaré según Mi misericordia, y nada puede oponerse a Mi voluntad.
(Diario 574)

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