Hoy el Señor me dijo: "Exijo de ti un
sacrificio perfecto y en holocausto, el
sacrificio de la voluntad; ningún
otro sacrificio es comparable a éste.
Yo Mismo
dirijo tu vida y dispongo todo de manera
que seas para Mí una ofrenda continua y hagas siempre Mi voluntad,
y para
completar esta ofrenda te unirás a Mí en la cruz.
Conozco tus posibilidades.
Yo Mismo te ordenaré directamente muchas cosas y
la posibilidad de la ejecución la retrasaré y la haré depender de los
demás;
aquello que las Superioras no podrán alcanzar, lo completaré
directamente Yo Mismo en tu alma y en el fondo mas secreto de tu alma habrá un
sacrificio perfecto de holocausto, y esto no por algún tiempo, sino que debes
saber, hija Mía, que este sacrificio durará hasta la muerte. Pero vendrá el
tiempo en que Yo, el Señor, cumpliré todos tus deseos; tengo en ti Mi
complacencia como en una Hostia viva;
No te
espantes de nada, Yo estoy contigo"
(Diario 923)
Hemos de recordar amigos
que esto se lo dijo a Santa Faustina para todos y cada uno de nosotros. Ella
entendió esto bien y escribió:
"Deseo vivir
en espíritu de fe, acepto todo lo que me sucede como enviado por la voluntad
amorosa de Dios que desea sinceramente mi
felicidad;
por eso todo lo que Dios me envíe lo aceptaré con
sumisión y agradecimiento sin hacer caso a la voz de la naturaleza ni a las
sugerencias del amor propio.
HACER ORACION
Antes de
emprender una acción,
de mayor importancia reflexionaré un momento para ver qué relación tiene
con la vida eterna y cuál es el motivo principal de hacerla: la gloria de Dios o
el bien de mi propia alma o el bien de otras almas. Si el corazón me dice
si, entonces seré inflexible en la ejecución de dicha acción, sin reparar en
ningún obstáculo ni sacrificio; no me dejaré desviar del propósito que me haya
propuesto, me bastará saber que es grato a Dios. Y si conozco que una acción
dada no tiene nada que ver con lo dicho anteriormente, trataré de elevarla a
esferas más altas mediante una buena intención. Y si conozco que algo proviene
del amor propio lo eliminaré en su origen."
(Diario 1549)
Santa Faustina siempre rezaba para
pedirle a Nuestro Señor conocer Su Voluntad para así hacerla en su
vida.
"...¿Qué hacer? ¿A dónde dirigirme, si no conocía a nadie? Y dije a
la Madre de Dios: María, dirígeme,
guíame. Inmediatamente oí en el alma estas palabras: que saliera de la
ciudad a una aldea donde pasaría una noche tranquila. Así lo hice y encontré
todo tal y como la Madre de Dios me había dicho. Al día siguiente, a primera
hora regresé a la ciudad y entré en la primera iglesia que encontré y empecé a rezar para que siguiera revelándose en mí la
voluntad de Dios."
"Volví a la celda, las hermanas estaban
ya acostadas y la luz apagada. No sabía que
Hacer [conmigo].
Me tiré al suelo y empecé a rezar con fervor
para
conocer la voluntad
de Dios..."
En varias ocasiones Santa Faustina veía la Voluntad de
Dios en las circunstancias que no estaban en su control,
pues así lo quería Dios.
Un día quizo salir
del convento donde estaba:
"... tres semanas después vi que aquí había muy poco
tiempo para la oración y que muchas otras cosas me empujaban interiormente a
entrar en un convento de regla más estricta. Esta idea se clavó en mi alma, pero
no había en ella la voluntad de Dios.
No obstante, la idea, es decir la tentación, se hacia cada
vez mas fuerte hasta que un día decidí hablar con la Madre Superiora y salir
decididamente. Pero Dios guió las circunstancias de tal modo que no pude hablar
con la Madre Superiora
Jesús no quería que Santa Faustina se fuera
de ese convento por eso no pudo ella hablar con la Madre Superiora. Mas tarde
Nuestro Señor le dijo:
"Tú Me vas a herir dolorosamente si
sales de este convento. Te llamé aquí y no a otro lugar y te tengo preparadas
muchas gracias. Pedí perdón al Señor Jesús e inmediatamente cambié la
decisión que había tomado".
(Diario 18)
En otra ocasión se había planeado un
paseo con otras hermanas y había un soleado día, pero no era la Voluntad de Dios
que fueran a ese paseo y entonces se nubló de repente y empezó una lluvia
torrencial:
"Todos se extrañaban, ya que en un día tan bello ¿Quién podía
esperar la lluvia, y que cambiara así en tan poco tiempo? La Madre Superiora me
dice: Cuanto siento que ustedes, hermanas, no pueden ir. Contesté:
Querida Madre, no importa que no podamos ir, la
voluntad de Dios es que nos quedemos en casa. Sin embargo nadie sabía que era un claro deseo de Jesús que me quedara en
casa. Pasé todo el día en el recogimiento y la meditación; agradecí al
Señor por haberme hecho quedar en casa. En aquel día Dios me concedió muchas
consolaciones celestiales."
(Diario 64)
"Una vez oí estas palabras:
Deseo que vivas según Mi voluntad en los más
secretos rincones de tu alma.
Comencé a meditar estas palabras que llegaron hasta lo más profundo de mi corazón. Aquel día había confesión de la Comunidad. Cuando fui a confesarme, después de acusarme de los pecados, el sacerdote me repitió las palabras que antes me había dicho el Señor." (Diario 443)
"El sacerdote me dijo estas palabras profundas:
Hay tres grados en el cumplimiento de la voluntad de Dios.
El primero: es cuando el alma cumple todo lo que está notoriamente comprendido en los reglamentos y en estatutos de la observancia exterior.
El segundo grado consiste en que el alma sigue las inspiraciones interiores y las cumple.
El tercer grado es aquel en que el alma, entregándose a la voluntad de Dios, le deja la libertad de disponer de ella, y Dios hace con ella lo que le agrada, porque es un instrumento dócil en sus manos.
Y me dijo ese sacerdote que yo estaba en el segundo grado del cumplimiento de la voluntad de Dios, y que no tenia todavía el tercer grado del cumplimiento de la voluntad de Dios; no obstante debía empeñarme para cumplir ese tercer grado de la divina voluntad.
Esas palabras penetraron mi alma por completo. Veo claramente que muchas veces Dios da a conocer al sacerdote lo que pasa en el fondo de mi alma; eso no me sorprende nada, mas bien agradezco al Señor que tiene a estos elegidos."
(Diario 444)
En otra ocasión Jesús le dijo: "No tengas miedo de nada, Yo estoy contigo, estos asuntos están en Mis manos y los realizaré según Mi misericordia, y nada puede oponerse a Mi voluntad."
(Diario 574)
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