“El contenido
fundamental del Antiguo Testamento está
resumido en el mensaje de Juan
Bautista:
‘metanoeite’
¡Convertíos!
No hay acceso a Jesús sin el
Bautista, no hay posibilidad de
alcanzar a Jesús sin dar respuesta al
llamado del precursor
...La palabra griega usada para
‘convertirse’ significa
‘volver a pensar’: poner en discusión
el propio y el común
modo de vivir, dejar entrar a Dios en
los criterios de la
propia vida, no juzgar más
simplemente según las
opiniones corrientes.
Convertirse significa, por lo tanto,
no vivir como viven
todos, no hacer como hacen todos, no
sentirse justificados
en acciones dudosas, ambiguas,
malvadas, por el hecho de
que otros hacen lo mismo...
Comenzar a ver la propia vida con los
ojos de Dios; buscar,
por lo tanto, el bien, aún cuando es
incómodo; no hacerlo
pensando en el juicio de la mayoría
de los hombres, sino en
el juicio de Dios... Con otras
palabras: buscar un nuevo
estilo de vida, una vida nueva.”
1) Alguien preguntó una vez a Jesús
qué debía hacer
para ganar una recompensa eterna.
El Señor le contestó que quien pensaba que
debía practicar la
religión sólo buscando una
recompensa para la
eternidad estaba equivocado con
respecto a Dios.
2) De seguro este hombre creyó
que Dios es como un
banquero, que sólo mira los
números...
Evidentemente ignoraba por
completo que la única
ley válida para Él es el amor.
3) Quien ama de verdad siempre se
considerará
deudor, y lo último en lo que
pensará es en que
recompensen su amor. Por eso
Jesús nos enseñó que
cuando demos limosna lo hagamos
procurando que
nuestra mano izquierda no se
entere de lo que hace la
derecha, porque recibir una
limosna es casi siempre
una humillación, que únicamente
el amor con el que
se la da es capaz de aliviar.
Es decir, que la única limosna que no lastima es la de aquel que se identifica plenamente con el necesitado y comparte con él lo
Es decir, que la única limosna que no lastima es la de aquel que se identifica plenamente con el necesitado y comparte con él lo
poco o mucho que tiene, porque de
esta manera no
cabe vanidad en el que da, ni
humillación en quien
recibe.
4) Pienso que Jesús nos habla a
todos con este ejemplo
y enseñanza. Pero no únicamente
en lo que se refiere
a la limosna material, sino
también a la “limosna” que
más vale, que es el compartir
nuestro conocimiento de
Dios con los demás.
5) Dicen que el Evangelio golpea,
y tiene que ser así,
porque es la Palabra lanzada al
mundo por Dios, y
porque Jesús poseía una profunda
visión de la
realidad; es que aún en este
tiempo, esa Palabra da Su
propia validez al pasado, para
integrarlo al hoy, a la
vez que abre una gran puerta de
esperanza hacia el
mañana.
6) El Evangelio no siempre es del
todo claro para los
hombres, más bien es como un
pequeño cristal, que a
semejanza de un calidoscopio, al
ser observado en
diferentes momentos, hace que
cada uno de sus
ángulos emita una luz distinta.
7) Un día, mientras estaba en
oración, el Señor habló a
mi corazón. Me dijo que
aprovechara al máximo este
A tiempo de Gracia que está
otorgándole a la
humanidad, que hoy le echa la
culpa a Dios por todo
lo malo que sucede en la tierra,
sin ver que es el
propio pecado del hombre, que
juega a ser Dios, lo
que está destruyendo este mundo.
8) Como en otras ocasiones, Jesús
fue mostrándome
imágenes con muchos detalles,
escenas de Su vida,
enseñándome con una paciencia
enorme, e
instruyéndome y animándome a que
no tuviera temor
de testimoniar Sus enseñanzas
ante los hombres.
9) Vi a Jesús caminando, hacia un
lugar donde había
mucha gente. Estaba yendo a
hacerse bautizar por
aquel Profeta enérgico que
hablaba un idioma nuevo
y amonestaba, gritaba, endulzaba
la voz y luego
nuevamente se mostraba airado.
10) Era Juan bautizando a la
gente, llamándola a la
conversión. Jesús no tenía nada de
qué arrepentirse,
pero quiso participar de este
acto, por medio del cual
el pueblo limpiaba sus pecados.
Entonces Me dijo:
“Cuando sentí que Mi tiempo había
llegado, después
de muchas horas en oración, en la
conmovedora y
siempre nueva Unión Hipostática,
de la que
hablaremos más adelante, decidí
partir de Galilea
para ser bautizado por Juan en el
Río Jordán.”
11) El Señor se fue acercando
lentamente hacia el
Jordán, escuchando la voz de Juan
que decía a las
muchedumbres que venían a él de
todas partes para
que las bautizara: «Raza de
víboras, ¿cómo van a
pensar que escaparán del castigo
que se acerca?
Produzcan los frutos de una
sincera conversión, pues
no es el momento de decir:
"Nosotros somos hijos de
Abraham". Yo les aseguro que
Dios puede sacar hijos
de Abraham también de estas
piedras. El hacha ya
está puesta a la raíz de los
árboles, y todo árbol que
no dé buen fruto será cortado y
arrojado al fuego.»
La gente le preguntaba: «¿Qué
debemos hacer?» Él les
contestaba: «El que tenga dos
capas, que dé una al
que no tiene, y el que tenga de
comer, haga lo mismo.»
Vinieron también cobradores de impuestos para que
Juan los bautizara. Le dijeron:
«Maestro, ¿qué
tenemos que hacer?» Respondió
Juan: «No cobren más
de lo establecido.» A su vez,
unos soldados le
preguntaron: «Y nosotros, ¿qué
debemos hacer?» Juan
les contestó: «No abusen de la
gente, no hagan
denuncias falsas y conténtense
con su sueldo
(Lc 3, 7-14).
12) Jesús se había sentado bajo
un árbol, en la parte alta
del camino por el que se bajaba
hacia el río, para
contemplar la escena y escuchar a
Juan. Sintió una
profunda ternura por aquel que
pobremente vestido,
sacudía las conciencias de los
hombres.
13) Pensó en los Israelitas
vagando por el desierto en
busca de la Tierra Prometida,
ellos tenían una nube
que, como un velo protector, los
cubría y protegía.
Todos los que pasaron el Mar con
Moisés fueron
“bautizados” en la nube y en el
mar, que los protegió
para liberarse de los soldados
del Faraón.
14) El Bautismo que les
administraba Juan ahora era
una especie de vestidura o manto
protector. Un baño
divino que cambiaba la vestidura
manchada por el
pecado, al arrepentirse aquellos
hombres y dejarse
sumergir en las aguas del Jordán.
15) Dios le reveló a Juan cómo
debía iniciar el bautismo
en agua y quién lo haría en el
Espíritu Santo. El Cielo
se abriría y el Reino de Dios se
acercaría a los que se
bautizaran.
16) Jesús me dijo: “Voy a
instruirte un poco: El
bautismo es parte del proceso de
la salvación y es
un acto de Fe, es una manera de
mostrar
públicamente que crees en Dios y
en Su Palabra y
que estás dispuesto a abandonar
la vida del pecado
y acceder al perdón a través del
arrepentimiento.
Recuerda: ‘El que creyere y fuere
bautizado, será
salvo; mas el que no creyere,
será condenado.’
(Mc16,16)
(Mc16,16)
17) En esa época, aquellos que se
consideraban
justos y que más sabían de Dios
fueron los que
desobedecieron este mandato y no
fueron
bautizados, por lo tanto tampoco
se arrepintieron:
“Mas los fariseos y los
intérpretes de la ley
desecharon los designios de Dios
respecto de sí
mismos, no siendo bautizados por
Juan.” (Lc 7:30).
Así, el bautismo es una forma de
morir y de
resucitar a la vez.”
18) Yo lo escuchaba absorta, me
explicó las cosas como
a una niña, con paciencia y
dulzura, durante muchas
horas.
19) Jesús se puso en pie
nuevamente y comenzó a
caminar en medio de los que iban
hacia Juan para ser
bautizados.
20) En ese momento Juan escucha
una voz interior,
como si saliera de su pecho, de
su corazón que está
latiendo fuertemente: “Ya llego,
Juan, ya estoy
cerca…”
21) Juan siente una dulzura
inmensa que lo envuelve,
una energía que conoce, pero que
al mismo tiempo
desconoce en toda su magnitud.
Sabe que llega… y lo
anuncia…
22) «Yo les bautizo en el agua, y
es el camino a la
conversión. Pero después de mí
viene uno con mucho
más poder que yo –yo ni siquiera
merezco llevarle las
sandalias-, él los bautizará en
el Espíritu Santo y el
fuego. Ya tiene la pala en sus
manos para separar el
trigo de la paja. Guardará el
trigo en sus graneros,
mientras que la paja la quemará
en el fuego que no se
apaga.» (Mt 3,11-12).
23) En ese momento Juan dice que
llegará uno con más
poder, reconoce públicamente que
es más que él, sabe
que Aquel que viene será capaz de
infundir seguridad
en Sus seguidores, puesto que es
alguien que
responde a las esperanzas de una
humanidad que
desea un mundo mejor. Únicamente
puede bautizar
con el poder del Espíritu Santo
Aquel que está lleno
de Él y será Ese mismo Espíritu
quien guiará a Jesús a
través de Su misión.
24) Al fin Juan va a poder mirarlo,
al fin su misión va a
ser coronada. ¿Pero, cómo será?
¿Podrá reconocerlo…?
Levanta la vista hacia el cielo, el sol lo
¿Podrá reconocerlo…?
Levanta la vista hacia el cielo, el sol lo
deslumbra por un momento, pero en
seguida vuelve a
ocultarse entre las densas nubes,
¿sería un presagio de
lo que venía? No lo sabe, está
confundido, pero una
fuerza, una energía sobrehumana
lo envuelve, tiene
ganas de cantar, de gritar, de
sacudir a toda aquella
gente. Quisiera poder decirles
todo lo que está
sintiendo y… nuevamente escucha: “¡Ha
llegado la
hora, Juan, prepara tu espíritu!”
25) Después de bautizar a un
hombre casi anciano,
siente como una corriente de
energía que lo sacude.
Mira al frente y ve a Jesús, su
pariente… El asombro
se refleja en su rostro, pero la
mirada de Jesús le ha
dicho todo.
26) “Todo el pueblo se estaba
bautizando, Jesús ya
bautizado, se hallaba en oración,
se abrió el cielo,
bajó sobre él el Espíritu Santo
en forma corporal
como una paloma y vino una voz
del cielo: «Tú eres
mi Hijo; yo hoy te he
engendrado.» (Lc 3, 21-22).
27) Jesús me dijo: “En ese momento
quedó abierto el
límite entre el mundo divino y el
humano; el
precipicio que había entre el
hombre y Mi Padre,
creado por el pecado del hombre,
quedaba
suprimido por aquel puente de
amor y de
obediencia. Yo venía a cumplir la
Voluntad Suprema
de salvar al hombre.
28) Era Dios y hombre, ante los
ojos del mundo,
pecador e inocente. Pero aquello
que es divino no
debe admitirse a costa de lo
humano, ni lo humano
debe resaltarse a costa de lo
divino. Lo anterior
es Juan, su mensaje, su urgencia;
lo presente en
Mí, que era la Palabra, era Dios
mismo saliendo al
encuentro del hombre, para
conducirlo hacia el
camino de la salvación...
Consiguientemente, Dios
se complace en el Hijo amado, es
decir, en el único
con Quien desde una eternidad se
unía en la
complacencia.
29) Mi Padre no podía haberse
complacido en ningún
otro hombre, puesto que todos
nacieron con el
pecado original y para Mi Padre
el pecado es
abominable. Pero Yo fui nacido
por obra del
Espíritu Santo, no engendrado en
pecado y por lo
tanto, puro desde mi concepción y
ello hacía que el
Padre encontrara en Mí Su
complacencia. También
con ello admitía Mi verdadera
misión: el misterio
de la cruz.
30) En ese momento Yo aceptaba Mi
misión y Juan
se sometió a Mí, y de este modo
se abrió a Mi
plan, aceptándolo y sometiéndose
a él.”
31) En la Vigilia de la Epifanía,
la Liturgia del Rito
Oriental dice: “Hoy inclina el
Señor la cabeza ante la
mano del precursor; hoy lo
bautiza Juan en las
hondas aguas del Jordán. Hoy
cubre el Señor con el
agua las culpas de los hombres;
hoy es atestiguado
desde lo alto como Hijo amado de
Dios; hoy santifica
el Señor la naturaleza del agua”.
32) Finalmente el Padre había
unido a esos dos
gigantes de la fe, aquellos
parientes: Jesús, más alto y
fuerte que Juan, se veía mucho
más joven, más
delicado al mismo tiempo,
tranquilo y muy varonil,
de profunda y clara mirada,
parecía un príncipe
disfrazado en medio del pueblo,
vestido como
cualquiera de los hombres que
estaba allá.
33) Allí estaban juntos, Él y
aquel tosco y delgado
hombre, vestido con pelo de camello
y un cinto de
cuero, propio de los ascetas y de
los que estaban de
luto, que ahora bautizaba y que
un día fuera cuidado
en el vientre de su madre por la
Santísima Virgen
María, la Madre del Salvador Al
que ahora tenía
frente a sí…
34)¡Qué simples se veían aquellos
dos hombres! Y eran
nada menos que nuestro Redentor y
Su precursor, de
quien Él mismo dijo que era el
más grande entre los
hombres nacidos de mujer… ¿Cuándo
comprenderemos los hombres que
las cosas de Dios
van más allá de las apariencias
externas…?
35) Había sido cuidado Juan por
la Virgen María; sí,
porque “la serpiente” habría
hecho todo lo posible
por destruir a quien sería el
“precursor de La
Palabra”, del “Verbo de Dios
Encarnado”.
7
36) Pese al momento que se vivía,
cuando la mujer era
considerada muy poco más que un
animal, en una
sociedad del todo machista,
María, había abandonado
Su Hogar, a José… Podríamos
incluso pensar que tal
vez, dado su embarazo, habría
descuidado su salud;
todo para cuidar a Su prima… ¿Por
qué?
37) Porque sabía que ese niño,
engendrado por obra y
Gracia del Señor, al igual que Su
Hijo, era un milagro,
puesto que “Para Dios nada es
imposible” y debía
Ella cuidarlo, Ella misma, la que
era protegida
especialmente por el Altísimo y
que había sido
cubierta por Su Poder, como por
un manto, la única
persona a la que el maligno no
podía dañar y a quien
no podía resistir, por su excelsa
pureza.
38) Un cántico de Isaías dice: “Sobre
él he puesto mi
Espíritu..." (Is 42,1). Por
este bautismo del Espíritu,
cobra un nuevo significado el
bautismo de agua de
Juan y pasa a convertirse en
símbolo del bautismo del
Espíritu para cada uno de los
futuros creyentes.
39) Luego del bautismo, Juan
refiriéndose a Jesús había
dicho: “ ‘Y yo no le conocía;
pero he venido a bautizar
en agua para que él sea
manifestado a Israel’ Y Juan
dio testimonio diciendo:
‘He visto al Espíritu que
‘He visto al Espíritu que
bajaba como una paloma del cielo
y se quedaba sobre
él. Y yo no le conocía pero el
que me envió a
bautizarlo con agua, me dijo:
‘Aquel sobre quién veas
que baja el Espíritu y se queda
sobre él, ése es el que
bautiza con Espíritu Santo. Y yo
lo he visto y doy
testimonio de que ése es el
Elegido de Dios’ ”. (Jn
1,31-34)
40) Claro que Juan conocía ya
personalmente a Jesús, y
conocía de Su vida, pero ignoraba
Su dignidad de
Hijo del Altísimo.
41) Me explica el Señor: “Fue
sorpresa para Juan,
porque Me conocía como a su
pariente, pero no
sabía que sería Yo aquel a quien
Él anunciaba. Por
eso dijo “Y yo no le conocía…”
42) Ante esta visión Jesús me
explicó que Juan se opuso
a bautizarlo instándolo más bien
a que Jesús lo
bautizara a él, porque Jesús
estaba libre de todo
pecado, pero Él no lo aceptó
porque era necesario que
así fuese, para que ese pueblo
tuviese un testimonio y
una secuencia de lo que vendría
luego, para cumplir
una Voluntad a la que Jesús y
Juan debían someterse.
Jesús se sumerge en las aguas del
río Jordán, no para
purificarse a sí mismo, sino con
el fin de preparar
nuestra regeneración.
43) “Mi mirada fue agradecida. Le
dije que era
preciso que así fuese porque era
el primer paso de
la “Buena Noticia”, transmitida
por quien había
recibido la unción del Espíritu
de Dios delante de
los hombres. Era preciso dar fe
ante los humanos
para que Mi predicación se
recibiera
confiadamente, dada la cultura
del pueblo. Mis
discípulos darían testimonio de
cuanto vieron, de
cuanto oyeron, a partir de Mi
Bautismo.
44) Muchos de los primeros
cristianos se
preguntarían luego por qué Me
bauticé si no era
pecador como todos los hombres,
si no había
nacido con el pecado original, y
hasta se hicieron
grandes discusiones teológicas al
respecto. No
analizaron sin embargo que
bautizarme significaba
dejarme sumergir en la condición
humana,
representada por el agua.
Aceptaba mi condición
humana con los sufrimientos y la
muerte.
Bautizarme antes de predicar el
Reino era
precisamente afirmar que estaba
capacitado para
predicar un Reino que solamente
puede instaurarse
en la lealtad del hombre a Dios.
45) Mi bautismo representaba Mi
compromiso total
por el bien de la humanidad, la
instauración de una
nueva relación humana que
estuviera basada en la
justicia, para formar una
sociedad distinta.
Estaba consciente de la oposición
que Mi obra
tendría en los círculos de poder,
pero no podía
demostrar Mi inconformidad, no
podía soportar la
injusticia, y el amor a la
humanidad Me llevaría
más tarde a la muerte en el
desempeño de Mi
misión.
46) De igual manera hoy, les
recuerdo que proclamar
la Buena Nueva muchas veces exige
obviar las
palabras dulces, diplomáticas,
que suelen en
ocasiones fomentar poses y
discursos engañosos,
debido a intereses económicos,
sectarios o
políticos.
47) Ustedes, al ser bautizados,
han sido sumergidos
en Mí, incorporados a Mí, tomados
por Mí,
inmersos en Mí, y de este modo,
Conmigo y en Mí,
han entrado en la misma relación
con Dios Padre:
son hijos de Dios. Las Sagradas
Escrituras les
dicen: ‘De modo que si alguno
está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas ya
pasaron; he aquí todas
son hechas nuevas.’ (2 Cor 5,17).
48) Eso les aclara que han sido
cambiados por el
poder de Dios, que lleno de
Misericordia y de
Amor quiere tenerlos en Su Reino
como hijos
Suyos.
49) Hoy todo esto que conforma la
Luz, el Camino,
la Verdad y la Vida, la Puerta,
el Pan de Vida: Mi
Palabra, debe ser alimento y
fuerza para
atravesar el duro camino que les
toca recorrer en
su paso por la tierra.
50) No He venido a proponer un
modelo para
“imitar”, sino a mostrarles la
realidad del Reino de
Dios, que exige de ustedes, los
seres humanos, una
conversión radical.
51) A lo largo de los años, la humanidad
ha convivido
en todas las instituciones con lo
abominable que
significa el pecado "contra
el Espíritu". Han
existido y existen demasiados
casos en que los
hombres, teniendo una
espiritualidad indefinida,
huidiza, tratan de disimular su
pecado de
compromiso con los poderosos, y
así, no están
cumpliendo con su misión
profética.”
52) El Señor me explicó que, en
el ambiente de aquel
tiempo, ser el “hijo de una
persona” no era
únicamente el haber nacido de esa
persona, sino
además comportarse como esa persona.
Entonces, el
“Hijo de Dios” sentía el mismo
Amor de Dios por el
hombre, poseía el Espíritu de
Dios y se comportaba
como Dios, ya que era el Rostro
visible de Aquel Dios
que era invisible para la
humanidad.
53) Inmediatamente, mi recuerdo
volvió a una
ceremonia de bautismo, en la que
participé hace algo
más de cinco años. Una persona a
la que conocí, y a
quien llegué a apreciar mucho, me
pidió que la
representara, juntamente a Jesús
(Chucho) Solórzano
en el bautizo de la hijita de
Manuel Capetillo. Lo
consideré un verdadero honor,
primero por el
significado de un bautismo y
luego porque, tanto los
padrinos titulares, Emilio y
Mónica Burillo, como
Chucho y Manuel, eran amigos
nuestros.
54) Se llevó a cabo la ceremonia
en una pequeña capilla
cercana a Toluca, México, durante
una Misa que
concelebró nuestro Director
General con otro
sacerdote.
55) Ese día, cuando nos acercamos
con esa preciosa
niña en brazos para que reciba el
Sacramento del
Bautismo, una luz muy fuerte,
dorada, ingresó por
una ventana circular que estaba
frente a nosotros. Los
sacerdotes, de espaldas a esa
ventana, eran bañados
por aquella luz, al punto que me
impedía distinguir
sus rostros.
56) Supe que venía del Señor,
porque parecía que nadie
más se daba cuenta de ello y
pensé en que también
podía ser porque uno de los
nombres de la pequeña,
era justamente Luz.
57) Aquella cascada dorada cubría
a los sacerdotes, a la
niña y graciosamente, como en
ondas grandes, saltaba
de nosotros: los padrinos y los
padres, hasta un joven
que estaba en una segunda o
tercera fila, de rodillas,
con las manos juntas y los ojos
cerrados, en profunda
oración.
58) Esto duró el tiempo en que se
cumplía con el rito
central del bautismo y luego todo
volvió a la
normalidad.
59) Varias veces, y aun cuando
había terminado la
celebración y felicitábamos a los
padres de la niña, me
asombró el ver que aquel joven
seguía en la misma
postura, parecía como esculpido
en piedra, viviendo
verdaderamente un encuentro con
el Cielo.
60) Jesús me dijo entonces algo
parecido a esto:
“La Luz del Espíritu Santo cubre del modo más sublime a
“La Luz del Espíritu Santo cubre del modo más sublime a
quienes participan de este
dichoso Sacramento. Por
eso, tanto los padres como los
padrinos, y todos
los que asisten a este evento tan
importante en la
vida de un cristiano –ya que en
él se expulsa, se
lava todo pecado por herencia
para sumergirse en
las aguas de la Gracia- debe ser
vivido con una
consciencia absoluta, con un
conocimiento de su
significado y de las
consecuencias del Sacramento
en la vida futura del bautizado.
61) Los nombres que deciden para
el pequeño o la
pequeña también son muy
importantes, porque es
en ese momento en que se hacen
presentes,
durante el bautismo, sus Santos
patronos, y se
comprometen a velar por la
criatura que se
bautiza. Por eso deben tomarlos
siempre en
cuenta, porque son sus Santos
patronos quienes, al
igual que Mi Madre, intercederán
por ustedes
cuando les pidan su ayuda.”
62) Cuando recordé este episodio,
hace dos días, el
Señor añadió: “¿Ahora comprendes
por qué te dije
en el Bautismo de tu nieta que le
pusieras, durante
la ceremonia, todos los nombres
que quisieras?
Recuerden siempre que si se
bautiza
cristianamente, deben elegirse
nombres cristianos,
y no únicamente aquellos que se
les ocurren porque
les recuerdan a una persona
simpática o cualquier
cosa mundana.”
63) Jesús comienza a realizar
milagros después de
recibir el Espíritu en el
Bautismo. Ungido de Espíritu
y Poder, inaugura la Nueva
Creación, lanzando Su
semilla, anticipando la verdadera
libertad en la que
está llamada a vivir la humanidad
entera.
64) “Todo debe hacerse no de
acuerdo con el tiempo
de ustedes, sino en el tiempo de
Dios, recuerden
esto cuando sienten desánimo
porque no salen las
cosas como ustedes esperan, o en
el momento en
que las esperan, cuando deciden o
proyectan sus
salidas y sus entradas, su
presente y su futuro…
¡Todo está inmerso en el tiempo
del Cielo!
65) Por eso en este día retomamos
este trabajo, que
no es otra cosa que un nuevo
intento por sacudir al
hombre del letargo y la
indiferencia espiritual en
que vive, en la rapidez de esta
hora de agobio
para toda la humanidad, de
desesperanza para
hombres y mujeres de todas las
naciones… ¡Y todo,
por su negación a Dios!
66) Quiero que el hombre tenga un
encuentro
verdadero Conmigo, que haga
experiencia de Dios.
¡Hay tantos que dicen conocerme y
aún no han
buscado la experiencia de sentir
Mi Presencia en
su vida…! ¡Tibios, cómodos, como
aquellos otros, los
de Mi tiempo, y de todos los
tiempos…!
67) Voy a explicarles lo que
sucede cuando un alma
ha sentido el primer llamado,
cuando ha escuchado
la primera voz… Por lo general,
el primer
sentimiento es de incomodidad.
Hay algo que
perturba, algo que molesta en el
interior del
hombre, y de lo que es necesario
librarse… o
acallarlo.
68) Entonces empieza a aturdirse,
a buscar más aún
el ruido de afuera, la vida
mundana, lo que le era
cómodo… y se dice que así está
bien. Sin embargo,
en el fondo, cada día se siente
peor. Sabe que es
mentira todo lo que está armando
para cimentar
una verdad que no existe.
Máscaras que le pone a
todo para convencerse de que todo
está bien y que
está haciendo lo que realmente
quiere.
69) Pero es que tiene el corazón
tan pobre, que la
inconformidad es parte de su
existencia. Lean lo
que pasó con Saúl y David, para
entender la
secuencia del pecado.
(1 Sam
capítulos del 18 al 26).
70) Por eso es que dije un día:
‘Bienaventurados los
limpios de corazón’, porque quien
es limpio de
corazón no se miente a sí mismo.
Del mismo modo
podría decir: ‘desdichado el de
corazón sucio,
porque únicamente verá el mal.’
71) Fíjense en las personas que
están ligadas a los
vicios, ellas mismas se sienten
mal. Dicen no poder
librarse de ellos y en realidad
no quieren. De este
modo, su inconformidad crece y va
atándolos. Al
no poder esforzarse, se molestan
consigo mismos,
ven que son observados,
cuestionados por los
demás, y si se les dice algo,
reaccionan
violentamente, buscando vengarse
con otra palabra
fuerte, con una agresión… Igual
es el pecado: ata,
encadena. El hombre se ata a él,
se encadena, y
cada vez va cayendo más hondo.
72) Cuando el hombre reacciona,
ve su pecado,
cuando se confiesa, es como
Lázaro, que vuelve a
la vida. Cuando se arrepiente… es
como David,
cuando se arrodilló ante el
Profeta Nathán y se
arrepintió.(2 Sam,12) Allí es que
compuso las
oraciones que son parte del Salmo
50, ahí, en ese
momento, se rompieron sus cadenas
y quedó libre
ante Dios.”
73) En esa circunstancia nos
damos cuenta de que no
nos queda otra cosa que tomar o
retomar el camino
del Evangelio. ¡Ese es el
secreto! Es el camino que
Dios nos propone para llevarnos a
la verdadera
libertad, porque únicamente
podemos experimentar
la verdadera libertad cuando nos
sentimos “hijos de
Dios”.
74) La bajada del Espíritu sobre
Jesús significa que en
Él culmina la creación, que el
compromiso que ha
hecho, por el cual participa de
la vida y de la fuerza
de Dios, lo levanta hasta la
plena condición humana,
la del Hombre – Hijo de Dios.
75)¿Por qué será que el Santo
Padre, Juan Pablo II, nos
llama tanto a este camino de la
nueva evangelización?
¿Qué quiere decirnos con esto el
Papa? Quiere
impulsarnos a vivir, nosotros
mismos, y luego a
llamar al hombre hacia una
segunda conversión,
hacia un encuentro verdadero y
definitivo con Cristo.
Y ahora el Señor nos recuerda que
no podemos seguir
siendo mediocres espirituales.
76) Hay muchas personas que van a
la Santa Misa el
domingo, y hasta comulgan, y hay
entre ellas otras
tantas que además rezan el Santo
Rosario… Pero
también leen su horóscopo en
diarios o revistas,
también van donde adivinos a que
les lean las cartas,
o consultan con espiritistas, o
practican el Yoga, o
creen en las “nuevas maravillas”
que promete la
“nueva era”…
77) Hay otros tantos que luego de
la Eucaristía se van
de fiesta, y se agarran unas
tremendas borracheras…
¿Están santificando el Día del
Señor? Este es el tipo de
personas que son católicas porque
de chicas les
dijeron que lo eran, quizás las
metieron en un colegio
católico, donde recibieron el
Sacramento de la
Confesión y la primera Comunión,
y posiblemente el
Sacramento de la Confirmación.
Pero jamás
ahondaron en la fe que dicen
profesar.
78) Jesús un día me dijo lo
siguiente:
79) “En mi tiempo tenía dos
clases de seguidores.
Unos eran Mis Apóstoles, que Me
conocían, Me
amaban y Me seguían. Los otros
eran los que se
contentaban con escuchar acerca
de Mí, con ir a
presenciar alguna prédica Mía,
con ser testigos de
algún milagro…
80) Hoy sucede lo mismo y aún
entre Mis elegidos:
No tienen mucho qué decir de Mí,
porque no Me
conocen. Creen conocerme y
seguirme, pero a
pesar de ello y de ser muy buenas
personas, no se
han encontrado aún con el
verdadero Amor. Sí,
han tenido una primera
conversión, por eso están
en grupos de la Iglesia o incluso
han estado en
seminarios… ¡Pero hay tantos que
se han quedado
allá, que no han buscado ese
segundo encuentro
Conmigo en la Cruz, en el Tabor,
en la agonía, en
Mis prédicas, en Mis milagros…! Hay personas que
están en sectas, en otras
religiones y que dicen
que fui un gran Profeta, los que
practican la
religión en la cual Me crié dicen
que soy el hombre
engañador, el gran “fraude” que
engañó a los
hombres. Otros que dicen “amar a
Mi Padre” y no
aceptan que Yo Soy el Hijo de
Dios… ignorando del
todo la esencia de la Trinidad.
81) Pero también hay cristianos
que se confiesan,
que van a Misa, y que tratan de
introducirme en la
ciudad al estilo de un caudillo,
como un “Che
Guevara”, como el líder aquel
cuyos ojos están
chispeando de arrogancia. También
hay quienes
dicen constantemente: Jesús dice
tal cosa, o Jesús
hizo esto, pero no hacen lo que
Yo digo...
82) Por eso fue que pregunté a
Mis discípulos: ‘Y
ustedes, quién dicen que Soy Yo…’
(Lc 9,18).”
83) En ese momento el Señor me
mostró cuando
sentado, comiendo entre Sus
Apóstoles cerca de la
ciudad de Cesarea de Filipo, les
preguntó esto de
golpe, en medio de la conversación
acerca de lo que
se decía de Él en el pueblo...
“Y
ustedes, quién dicen que
Soy Yo…” (Lc 9,20) Hubo un
silencio, dejaron de
comer. Jesús los mira a todos con
una mirada que
parece mezcla de ternura, con una
sonrisa y cierta
picardía. Por supuesto que Él
sabía lo que iba a
suceder, pero el instante era muy
importante...
84) Al respecto me dice el Señor:
85) “El momento era importante
porque un hombre
iba a ser sacudido por el
Espíritu Santo. Yo había
venido enseñándoles, hablando con
ellos durante
muchas horas, orando con ellos,
dejándolos que
sean testigos de tantos milagros
y señales. Quería
ver si ellos habían entendido el
mensaje, la
enseñanza que quería darles.
86) Algunos pensaron por fracción
de segundos: ‘si le
digo esto, me va a contestar esto
otro...’ o ‘¿será
que debo decirle esto?...’ En
realidad Mi pregunta
los desconcertó… los tomó
desprevenidos…
87) Pero ahí el Espíritu Santo se
reveló a través de
Pedro y dijo:
‘Tú eres el Mesías,
el Hijo del Dios
vivo.’ (Mt 16,16).
88) Tanto el testimonio de Pedro
como Mi posterior
respuesta, dejaron atónitos a los
demás Apóstoles.
Para ellos, aún Yo era el Mesías
que Dios había
enviado para liberar a Israel del
yugo de los
romanos y fundar Su nuevo Reino
en la tierra. Ni
siquiera Pedro llegó a comprender
la magnitud de lo
que significó la revelación de Mi
Padre, por eso les
pedí que no lo comentaran con
nadie hasta que
llegara la hora de Mi
glorificación.
89) Aún hoy pregunto a los
hombres: ‘Y ustedes,
¿quien dicen que Soy Yo?’… ¿Quién
soy para cada
hombre que se dice ‘cristiano
practicante’ o
persona ‘convertida’…?”
90) Y es verdad, hermanos
queridos, aún hoy Jesús te
pregunta y me pregunta: “¿Y tú,
quién dices que Soy
Yo?” O sea, “¿qué lugar ocupo en
tu vida, por quién Me
tienes en tu vida de cada día?”
91)¿Saben una cosa? A Jesús no le
importa si sabemos
o no quién fue Simón Bolívar, o
Benito Juárez, o Jean
Paul Sartre, o cualquier otro
personaje famoso, ni
siquiera los Doctores de nuestra
Iglesia (a quienes
deberíamos al menos haber oído
nombrar); o qué dijo
Ernesto Sábato o Lenin… A Jesús
le importa nuestra
respuesta personal frente a estas
grandes preguntas:
¿Quien Soy Yo para ti?, ¿qué
significo para ti?
92) Así como cuando Jesús sería
llevado ante Pilato y
éste le diría: “¿Eres tú el Rey
de los judíos?” Jesús le
contestó: “¿Viene de ti esa
pregunta o repites lo que te han
dicho otros de mí?” (Jn 18,
33-34), de la misma manera,
cuando nosotros le decimos: “Tú
eres el Señor, Tú
eres Dios, Tú eres el Hijo de
Dios”, Jesús nos
11
pregunta: “¿Eso lo dices tú, o es
porque lo has
escuchado?
93)¿Es porque tu corazón Me
reconoce o porque lo
oíste en la Iglesia o en tu
familia, o en tu apostolado,
entre tus amigos, etcétera? ¿Es
producto de lo que te
dicen o es lo que tienes en tu
corazón…?”
94) Recordemos que un día Jesús
dijo, "En verdad, en verdad
te digo que a menos que uno nazca
de agua y del Espíritu,
no puede entrar en el reino de
Dios" (Juan 3:5).
95)¿Que significa aquí “nacer de
nuevo”? Nacer de
nuevo no es únicamente abandonar
la vida pecadora
y empezar una vida nueva, después
de creer en Jesús,
como piensa la mayoría de la
gente... aunque tampoco
la mayoría lo haga.
96) No cabe duda que todo esto es
bueno, pero esto no
es todo lo que quiere decirnos.
Sumergirse en el agua,
o “hablar en lenguas” no es nacer
de nuevo y estar ya
salvados, como lo manifiestan
algunos grupos de
otras religiones o sectas.
97) “Nacer de nuevo” significa
que debemos
arrepentirnos de nuestros
pecados, creer en el
Bautismo del Señor y en el poder
de la Sangre de
Jesús, derramada en la Cruz, para
recibir Su perdón
en nuestros corazones y empezar a
transitar el camino
de los justos.
98) Este no es un cambio que
viene de los seres
humanos, sino que es una
transformación que viene
de Dios.
99) En la Primera Carta de Juan
5,6-8, la Biblia dice, "Él
es el que viene por el agua y la
sangre: Jesucristo y no sólo
por el agua, sino por el agua y
la sangre; y el Espíritu
también da su testimonio, el
Espíritu que es la verdad.”
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