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miércoles, 15 de agosto de 2012

Quien ama de verdad siempre se considerará deudor,

“El contenido fundamental del Antiguo Testamento está
resumido en el mensaje de Juan Bautista:
‘metanoeite’
¡Convertíos!

No hay acceso a Jesús sin el Bautista, no hay posibilidad de
alcanzar a Jesús sin dar respuesta al llamado del precursor

...La palabra griega usada para ‘convertirse’ significa
‘volver a pensar’: poner en discusión el propio y el común
modo de vivir, dejar entrar a Dios en los criterios de la
propia vida, no juzgar más simplemente según las
opiniones corrientes.

Convertirse significa, por lo tanto, no vivir como viven
todos, no hacer como hacen todos, no sentirse justificados
en acciones dudosas, ambiguas, malvadas, por el hecho de
que otros hacen lo mismo...

Comenzar a ver la propia vida con los ojos de Dios; buscar,
por lo tanto, el bien, aún cuando es incómodo; no hacerlo
pensando en el juicio de la mayoría de los hombres, sino en
el juicio de Dios... Con otras palabras: buscar un nuevo
estilo de vida, una vida nueva.”




1) Alguien preguntó una vez a Jesús qué debía hacer
para ganar una recompensa eterna. 

El Señor le contestó que quien pensaba que debía practicar la
religión sólo buscando una recompensa para la
eternidad estaba equivocado con respecto a Dios.

2) De seguro este hombre creyó que Dios es como un
banquero, que sólo mira los números...
Evidentemente ignoraba por completo que la única
ley válida para Él es el amor.

3) Quien ama de verdad siempre se considerará
deudor, y lo último en lo que pensará es en que
recompensen su amor. Por eso Jesús nos enseñó que
cuando demos limosna lo hagamos procurando que
nuestra mano izquierda no se entere de lo que hace la
derecha, porque recibir una limosna es casi siempre
una humillación, que únicamente el amor con el que
se la da es capaz de aliviar. 

Es decir, que la única limosna que no lastima es la de aquel que se identifica plenamente con el necesitado y comparte con él lo
poco o mucho que tiene, porque de esta manera no
cabe vanidad en el que da, ni humillación en quien
recibe.

4) Pienso que Jesús nos habla a todos con este ejemplo
y enseñanza. Pero no únicamente en lo que se refiere
a la limosna material, sino también a la “limosna” que
más vale, que es el compartir nuestro conocimiento de
Dios con los demás.

5) Dicen que el Evangelio golpea, y tiene que ser así,
porque es la Palabra lanzada al mundo por Dios, y
porque Jesús poseía una profunda visión de la
realidad; es que aún en este tiempo, esa Palabra da Su
propia validez al pasado, para integrarlo al hoy, a la
vez que abre una gran puerta de esperanza hacia el
mañana.
6) El Evangelio no siempre es del todo claro para los
hombres, más bien es como un pequeño cristal, que a
semejanza de un calidoscopio, al ser observado en
diferentes momentos, hace que cada uno de sus
ángulos emita una luz distinta.

7) Un día, mientras estaba en oración, el Señor habló a
mi corazón. Me dijo que aprovechara al máximo este
A tiempo de Gracia que está otorgándole a la
humanidad, que hoy le echa la culpa a Dios por todo
lo malo que sucede en la tierra, sin ver que es el
propio pecado del hombre, que juega a ser Dios, lo
que está destruyendo este mundo.

8) Como en otras ocasiones, Jesús fue mostrándome
imágenes con muchos detalles, escenas de Su vida,
enseñándome con una paciencia enorme, e
instruyéndome y animándome a que no tuviera temor
de testimoniar Sus enseñanzas ante los hombres.

9) Vi a Jesús caminando, hacia un lugar donde había
mucha gente. Estaba yendo a hacerse bautizar por
aquel Profeta enérgico que hablaba un idioma nuevo
y amonestaba, gritaba, endulzaba la voz y luego
nuevamente se mostraba airado.

10) Era Juan bautizando a la gente, llamándola a la
conversión. Jesús no tenía nada de qué arrepentirse,
pero quiso participar de este acto, por medio del cual
el pueblo limpiaba sus pecados. Entonces Me dijo:
“Cuando sentí que Mi tiempo había llegado, después
de muchas horas en oración, en la conmovedora y
siempre nueva Unión Hipostática, de la que
hablaremos más adelante, decidí partir de Galilea
para ser bautizado por Juan en el Río Jordán.”

11) El Señor se fue acercando lentamente hacia el
Jordán, escuchando la voz de Juan que decía a las
muchedumbres que venían a él de todas partes para
que las bautizara: «Raza de víboras, ¿cómo van a
pensar que escaparán del castigo que se acerca?

Produzcan los frutos de una sincera conversión, pues
no es el momento de decir: "Nosotros somos hijos de
Abraham". Yo les aseguro que Dios puede sacar hijos
de Abraham también de estas piedras. El hacha ya
está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que
no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego.» 

La gente le preguntaba: «¿Qué debemos hacer?» Él les
contestaba: «El que tenga dos capas, que dé una al
que no tiene, y el que tenga de comer, haga lo mismo.»

Vinieron también cobradores de impuestos para que
Juan los bautizara. Le dijeron: «Maestro, ¿qué
tenemos que hacer?» Respondió Juan: «No cobren más
de lo establecido.» A su vez, unos soldados le
preguntaron: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer?» Juan
les contestó: «No abusen de la gente, no hagan
denuncias falsas y conténtense con su sueldo
 (Lc 3, 7-14).

12) Jesús se había sentado bajo un árbol, en la parte alta
del camino por el que se bajaba hacia el río, para
contemplar la escena y escuchar a Juan. Sintió una
profunda ternura por aquel que pobremente vestido,
sacudía las conciencias de los hombres.

13) Pensó en los Israelitas vagando por el desierto en
busca de la Tierra Prometida, ellos tenían una nube
que, como un velo protector, los cubría y protegía.
Todos los que pasaron el Mar con Moisés fueron
“bautizados” en la nube y en el mar, que los protegió
para liberarse de los soldados del Faraón.

14) El Bautismo que les administraba Juan ahora era
una especie de vestidura o manto protector. Un baño
divino que cambiaba la vestidura manchada por el
pecado, al arrepentirse aquellos hombres y dejarse
sumergir en las aguas del Jordán.

15) Dios le reveló a Juan cómo debía iniciar el bautismo
en agua y quién lo haría en el Espíritu Santo. El Cielo
se abriría y el Reino de Dios se acercaría a los que se
bautizaran.

16) Jesús me dijo: “Voy a instruirte un poco: El
bautismo es parte del proceso de la salvación y es
un acto de Fe, es una manera de mostrar
públicamente que crees en Dios y en Su Palabra y
que estás dispuesto a abandonar la vida del pecado
y acceder al perdón a través del arrepentimiento.
Recuerda: ‘El que creyere y fuere bautizado, será
salvo; mas el que no creyere, será condenado.’ 
(Mc16,16)

17) En esa época, aquellos que se consideraban
justos y que más sabían de Dios fueron los que
desobedecieron este mandato y no fueron
bautizados, por lo tanto tampoco se arrepintieron:
“Mas los fariseos y los intérpretes de la ley
desecharon los designios de Dios respecto de sí
mismos, no siendo bautizados por Juan.” (Lc 7:30).
Así, el bautismo es una forma de morir y de
resucitar a la vez.”

18) Yo lo escuchaba absorta, me explicó las cosas como
a una niña, con paciencia y dulzura, durante muchas
horas.

19) Jesús se puso en pie nuevamente y comenzó a
caminar en medio de los que iban hacia Juan para ser
bautizados.

20) En ese momento Juan escucha una voz interior,
como si saliera de su pecho, de su corazón que está
latiendo fuertemente: “Ya llego, Juan, ya estoy
cerca…”

21) Juan siente una dulzura inmensa que lo envuelve,
una energía que conoce, pero que al mismo tiempo
desconoce en toda su magnitud. Sabe que llega… y lo
anuncia…

22) «Yo les bautizo en el agua, y es el camino a la
conversión. Pero después de mí viene uno con mucho


más poder que yo –yo ni siquiera merezco llevarle las
sandalias-, él los bautizará en el Espíritu Santo y el
fuego. Ya tiene la pala en sus manos para separar el
trigo de la paja. Guardará el trigo en sus graneros,
mientras que la paja la quemará en el fuego que no se
apaga.» (Mt 3,11-12).

23) En ese momento Juan dice que llegará uno con más
poder, reconoce públicamente que es más que él, sabe
que Aquel que viene será capaz de infundir seguridad
en Sus seguidores, puesto que es alguien que
responde a las esperanzas de una humanidad que
desea un mundo mejor. Únicamente puede bautizar
con el poder del Espíritu Santo Aquel que está lleno
de Él y será Ese mismo Espíritu quien guiará a Jesús a
través de Su misión.

24) Al fin Juan va a poder mirarlo, al fin su misión va a
ser coronada. ¿Pero, cómo será? 
¿Podrá reconocerlo…? 
Levanta la vista hacia el cielo, el sol lo
deslumbra por un momento, pero en seguida vuelve a
ocultarse entre las densas nubes, ¿sería un presagio de
lo que venía? No lo sabe, está confundido, pero una
fuerza, una energía sobrehumana lo envuelve, tiene
ganas de cantar, de gritar, de sacudir a toda aquella
gente. Quisiera poder decirles todo lo que está
sintiendo y… nuevamente escucha: “¡Ha llegado la
hora, Juan, prepara tu espíritu!”

25) Después de bautizar a un hombre casi anciano,
siente como una corriente de energía que lo sacude.
Mira al frente y ve a Jesús, su pariente… El asombro
se refleja en su rostro, pero la mirada de Jesús le ha
dicho todo.

26) “Todo el pueblo se estaba bautizando, Jesús ya
bautizado, se hallaba en oración, se abrió el cielo,
bajó sobre él el Espíritu Santo en forma corporal
como una paloma y vino una voz del cielo: «Tú eres
mi Hijo; yo hoy te he engendrado.» (Lc 3, 21-22).

27) Jesús me dijo: “En ese momento quedó abierto el
límite entre el mundo divino y el humano; el
precipicio que había entre el hombre y Mi Padre,
creado por el pecado del hombre, quedaba
suprimido por aquel puente de amor y de
obediencia. Yo venía a cumplir la Voluntad Suprema
de salvar al hombre.

28) Era Dios y hombre, ante los ojos del mundo,
pecador e inocente. Pero aquello que es divino no
debe admitirse a costa de lo humano, ni lo humano
debe resaltarse a costa de lo divino. Lo anterior
es Juan, su mensaje, su urgencia; lo presente en

Mí, que era la Palabra, era Dios mismo saliendo al
encuentro del hombre, para conducirlo hacia el
camino de la salvación... Consiguientemente, Dios
se complace en el Hijo amado, es decir, en el único
con Quien desde una eternidad se unía en la
complacencia.

29) Mi Padre no podía haberse complacido en ningún
otro hombre, puesto que todos nacieron con el
pecado original y para Mi Padre el pecado es
abominable. Pero Yo fui nacido por obra del
Espíritu Santo, no engendrado en pecado y por lo
tanto, puro desde mi concepción y ello hacía que el
Padre encontrara en Mí Su complacencia. También
con ello admitía Mi verdadera misión: el misterio
de la cruz.

30) En ese momento Yo aceptaba Mi misión y Juan
se sometió a Mí, y de este modo se abrió a Mi
plan, aceptándolo y sometiéndose a él.”

31) En la Vigilia de la Epifanía, la Liturgia del Rito
Oriental dice: “Hoy inclina el Señor la cabeza ante la
mano del precursor; hoy lo bautiza Juan en las
hondas aguas del Jordán. Hoy cubre el Señor con el
agua las culpas de los hombres; hoy es atestiguado
desde lo alto como Hijo amado de Dios; hoy santifica
el Señor la naturaleza del agua”.

32) Finalmente el Padre había unido a esos dos
gigantes de la fe, aquellos parientes: Jesús, más alto y
fuerte que Juan, se veía mucho más joven, más
delicado al mismo tiempo, tranquilo y muy varonil,
de profunda y clara mirada, parecía un príncipe
disfrazado en medio del pueblo, vestido como
cualquiera de los hombres que estaba allá.

33) Allí estaban juntos, Él y aquel tosco y delgado
hombre, vestido con pelo de camello y un cinto de
cuero, propio de los ascetas y de los que estaban de
luto, que ahora bautizaba y que un día fuera cuidado
en el vientre de su madre por la Santísima Virgen
María, la Madre del Salvador Al que ahora tenía
frente a sí…

34)¡Qué simples se veían aquellos dos hombres! Y eran
nada menos que nuestro Redentor y Su precursor, de
quien Él mismo dijo que era el más grande entre los
hombres nacidos de mujer… ¿Cuándo
comprenderemos los hombres que las cosas de Dios
van más allá de las apariencias externas…?

35) Había sido cuidado Juan por la Virgen María; sí,
porque “la serpiente” habría hecho todo lo posible
por destruir a quien sería el “precursor de La
Palabra”, del “Verbo de Dios Encarnado”.
7
36) Pese al momento que se vivía, cuando la mujer era
considerada muy poco más que un animal, en una
sociedad del todo machista, María, había abandonado
Su Hogar, a José… Podríamos incluso pensar que tal
vez, dado su embarazo, habría descuidado su salud;
todo para cuidar a Su prima… ¿Por qué?

37) Porque sabía que ese niño, engendrado por obra y
Gracia del Señor, al igual que Su Hijo, era un milagro,
puesto que “Para Dios nada es imposible” y debía
Ella cuidarlo, Ella misma, la que era protegida
especialmente por el Altísimo y que había sido
cubierta por Su Poder, como por un manto, la única
persona a la que el maligno no podía dañar y a quien
no podía resistir, por su excelsa pureza.

38) Un cántico de Isaías dice: “Sobre él he puesto mi
Espíritu..." (Is 42,1). Por este bautismo del Espíritu,
cobra un nuevo significado el bautismo de agua de
Juan y pasa a convertirse en símbolo del bautismo del
Espíritu para cada uno de los futuros creyentes.

39) Luego del bautismo, Juan refiriéndose a Jesús había
dicho: “ ‘Y yo no le conocía; pero he venido a bautizar
en agua para que él sea manifestado a Israel’ Y Juan
dio testimonio diciendo: 

‘He visto al Espíritu que
bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre
él. Y yo no le conocía pero el que me envió a
bautizarlo con agua, me dijo: ‘Aquel sobre quién veas
que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que
bautiza con Espíritu Santo. Y yo lo he visto y doy
testimonio de que ése es el Elegido de Dios’ ”. (Jn
1,31-34)

40) Claro que Juan conocía ya personalmente a Jesús, y
conocía de Su vida, pero ignoraba Su dignidad de
Hijo del Altísimo.

41) Me explica el Señor: “Fue sorpresa para Juan,
porque Me conocía como a su pariente, pero no
sabía que sería Yo aquel a quien Él anunciaba. Por
eso dijo “Y yo no le conocía…”

42) Ante esta visión Jesús me explicó que Juan se opuso
a bautizarlo instándolo más bien a que Jesús lo
bautizara a él, porque Jesús estaba libre de todo
pecado, pero Él no lo aceptó porque era necesario que
así fuese, para que ese pueblo tuviese un testimonio y
una secuencia de lo que vendría luego, para cumplir
una Voluntad a la que Jesús y Juan debían someterse.
Jesús se sumerge en las aguas del río Jordán, no para
purificarse a sí mismo, sino con el fin de preparar
nuestra regeneración.

43) “Mi mirada fue agradecida. Le dije que era
preciso que así fuese porque era el primer paso de
la “Buena Noticia”, transmitida por quien había
recibido la unción del Espíritu de Dios delante de
los hombres. Era preciso dar fe ante los humanos
para que Mi predicación se recibiera
confiadamente, dada la cultura del pueblo. Mis
discípulos darían testimonio de cuanto vieron, de
cuanto oyeron, a partir de Mi Bautismo.

44) Muchos de los primeros cristianos se
preguntarían luego por qué Me bauticé si no era
pecador como todos los hombres, si no había
nacido con el pecado original, y hasta se hicieron
grandes discusiones teológicas al respecto. No
analizaron sin embargo que bautizarme significaba
dejarme sumergir en la condición humana,
representada por el agua. Aceptaba mi condición
humana con los sufrimientos y la muerte.
Bautizarme antes de predicar el Reino era
precisamente afirmar que estaba capacitado para
predicar un Reino que solamente puede instaurarse
en la lealtad del hombre a Dios.

45) Mi bautismo representaba Mi compromiso total
por el bien de la humanidad, la instauración de una
nueva relación humana que estuviera basada en la
justicia, para formar una sociedad distinta.
Estaba consciente de la oposición que Mi obra
tendría en los círculos de poder, pero no podía
demostrar Mi inconformidad, no podía soportar la
injusticia, y el amor a la humanidad Me llevaría
más tarde a la muerte en el desempeño de Mi
misión.

46) De igual manera hoy, les recuerdo que proclamar
la Buena Nueva muchas veces exige obviar las
palabras dulces, diplomáticas, que suelen en
ocasiones fomentar poses y discursos engañosos,
debido a intereses económicos, sectarios o
políticos.

47) Ustedes, al ser bautizados, han sido sumergidos
en Mí, incorporados a Mí, tomados por Mí,
inmersos en Mí, y de este modo, Conmigo y en Mí,
han entrado en la misma relación con Dios Padre:
son hijos de Dios. Las Sagradas Escrituras les
dicen: ‘De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas ya pasaron; he aquí todas
son hechas nuevas.’ (2 Cor 5,17).

48) Eso les aclara que han sido cambiados por el
poder de Dios, que lleno de Misericordia y de
Amor quiere tenerlos en Su Reino como hijos
Suyos.

49) Hoy todo esto que conforma la Luz, el Camino,
la Verdad y la Vida, la Puerta, el Pan de Vida: Mi
Palabra, debe ser alimento y fuerza para
atravesar el duro camino que les toca recorrer en
su paso por la tierra.
50) No He venido a proponer un modelo para
“imitar”, sino a mostrarles la realidad del Reino de
Dios, que exige de ustedes, los seres humanos, una
conversión radical.

51) A lo largo de los años, la humanidad ha convivido
en todas las instituciones con lo abominable que
significa el pecado "contra el Espíritu". Han
existido y existen demasiados casos en que los
hombres, teniendo una espiritualidad indefinida,
huidiza, tratan de disimular su pecado de
compromiso con los poderosos, y así, no están
cumpliendo con su misión profética.”

52) El Señor me explicó que, en el ambiente de aquel
tiempo, ser el “hijo de una persona” no era
únicamente el haber nacido de esa persona, sino
además comportarse como esa persona. Entonces, el
“Hijo de Dios” sentía el mismo Amor de Dios por el
hombre, poseía el Espíritu de Dios y se comportaba
como Dios, ya que era el Rostro visible de Aquel Dios
que era invisible para la humanidad.

53) Inmediatamente, mi recuerdo volvió a una
ceremonia de bautismo, en la que participé hace algo
más de cinco años. Una persona a la que conocí, y a
quien llegué a apreciar mucho, me pidió que la
representara, juntamente a Jesús (Chucho) Solórzano
en el bautizo de la hijita de Manuel Capetillo. Lo
consideré un verdadero honor, primero por el
significado de un bautismo y luego porque, tanto los
padrinos titulares, Emilio y Mónica Burillo, como
Chucho y Manuel, eran amigos nuestros.

54) Se llevó a cabo la ceremonia en una pequeña capilla
cercana a Toluca, México, durante una Misa que
concelebró nuestro Director General con otro
sacerdote.

55) Ese día, cuando nos acercamos con esa preciosa
niña en brazos para que reciba el Sacramento del
Bautismo, una luz muy fuerte, dorada, ingresó por
una ventana circular que estaba frente a nosotros. Los
sacerdotes, de espaldas a esa ventana, eran bañados
por aquella luz, al punto que me impedía distinguir
sus rostros.

56) Supe que venía del Señor, porque parecía que nadie
más se daba cuenta de ello y pensé en que también
podía ser porque uno de los nombres de la pequeña,
era justamente Luz.

57) Aquella cascada dorada cubría a los sacerdotes, a la
niña y graciosamente, como en ondas grandes, saltaba
de nosotros: los padrinos y los padres, hasta un joven
que estaba en una segunda o tercera fila, de rodillas,
con las manos juntas y los ojos cerrados, en profunda
oración.

58) Esto duró el tiempo en que se cumplía con el rito
central del bautismo y luego todo volvió a la
normalidad.

59) Varias veces, y aun cuando había terminado la
celebración y felicitábamos a los padres de la niña, me
asombró el ver que aquel joven seguía en la misma
postura, parecía como esculpido en piedra, viviendo
verdaderamente un encuentro con el Cielo.

60) Jesús me dijo entonces algo parecido a esto: 
“La Luz del Espíritu Santo cubre del modo más sublime a
quienes participan de este dichoso Sacramento. Por
eso, tanto los padres como los padrinos, y todos
los que asisten a este evento tan importante en la
vida de un cristiano –ya que en él se expulsa, se
lava todo pecado por herencia para sumergirse en
las aguas de la Gracia- debe ser vivido con una
consciencia absoluta, con un conocimiento de su
significado y de las consecuencias del Sacramento
en la vida futura del bautizado.

61) Los nombres que deciden para el pequeño o la
pequeña también son muy importantes, porque es
en ese momento en que se hacen presentes,
durante el bautismo, sus Santos patronos, y se
comprometen a velar por la criatura que se
bautiza. Por eso deben tomarlos siempre en
cuenta, porque son sus Santos patronos quienes, al
igual que Mi Madre, intercederán por ustedes
cuando les pidan su ayuda.”

62) Cuando recordé este episodio, hace dos días, el
Señor añadió: “¿Ahora comprendes por qué te dije
en el Bautismo de tu nieta que le pusieras, durante
la ceremonia, todos los nombres que quisieras?
Recuerden siempre que si se bautiza

cristianamente, deben elegirse nombres cristianos,
y no únicamente aquellos que se les ocurren porque
les recuerdan a una persona simpática o cualquier
cosa mundana.”

63) Jesús comienza a realizar milagros después de
recibir el Espíritu en el Bautismo. Ungido de Espíritu

y Poder, inaugura la Nueva Creación, lanzando Su
semilla, anticipando la verdadera libertad en la que
está llamada a vivir la humanidad entera.

64) “Todo debe hacerse no de acuerdo con el tiempo
de ustedes, sino en el tiempo de Dios, recuerden
esto cuando sienten desánimo porque no salen las
cosas como ustedes esperan, o en el momento en
que las esperan, cuando deciden o proyectan sus
salidas y sus entradas, su presente y su futuro…

¡Todo está inmerso en el tiempo del Cielo!
65) Por eso en este día retomamos este trabajo, que
no es otra cosa que un nuevo intento por sacudir al
hombre del letargo y la indiferencia espiritual en
que vive, en la rapidez de esta hora de agobio
para toda la humanidad, de desesperanza para
hombres y mujeres de todas las naciones… ¡Y todo,
por su negación a Dios!

66) Quiero que el hombre tenga un encuentro
verdadero Conmigo, que haga experiencia de Dios.
¡Hay tantos que dicen conocerme y aún no han
buscado la experiencia de sentir Mi Presencia en
su vida…! ¡Tibios, cómodos, como aquellos otros, los
de Mi tiempo, y de todos los tiempos…!

67) Voy a explicarles lo que sucede cuando un alma
ha sentido el primer llamado, cuando ha escuchado
la primera voz… Por lo general, el primer
sentimiento es de incomodidad. Hay algo que
perturba, algo que molesta en el interior del
hombre, y de lo que es necesario librarse… o
acallarlo.

68) Entonces empieza a aturdirse, a buscar más aún
el ruido de afuera, la vida mundana, lo que le era
cómodo… y se dice que así está bien. Sin embargo,
en el fondo, cada día se siente peor. Sabe que es
mentira todo lo que está armando para cimentar
una verdad que no existe. Máscaras que le pone a
todo para convencerse de que todo está bien y que
está haciendo lo que realmente quiere.

69) Pero es que tiene el corazón tan pobre, que la
inconformidad es parte de su existencia. Lean lo
que pasó con Saúl y David, para entender la
secuencia del pecado. 
(1 Sam capítulos del 18 al 26).

70) Por eso es que dije un día: ‘Bienaventurados los
limpios de corazón’, porque quien es limpio de
corazón no se miente a sí mismo. Del mismo modo
podría decir: ‘desdichado el de corazón sucio,
porque únicamente verá el mal.’

71) Fíjense en las personas que están ligadas a los
vicios, ellas mismas se sienten mal. Dicen no poder
librarse de ellos y en realidad no quieren. De este
modo, su inconformidad crece y va atándolos. Al
no poder esforzarse, se molestan consigo mismos,
ven que son observados, cuestionados por los
demás, y si se les dice algo, reaccionan
violentamente, buscando vengarse con otra palabra
fuerte, con una agresión… Igual es el pecado: ata,
encadena. El hombre se ata a él, se encadena, y
cada vez va cayendo más hondo.

72) Cuando el hombre reacciona, ve su pecado,
cuando se confiesa, es como Lázaro, que vuelve a
la vida. Cuando se arrepiente… es como David,
cuando se arrodilló ante el Profeta Nathán y se
arrepintió.(2 Sam,12) Allí es que compuso las
oraciones que son parte del Salmo 50, ahí, en ese
momento, se rompieron sus cadenas y quedó libre
ante Dios.”

73) En esa circunstancia nos damos cuenta de que no
nos queda otra cosa que tomar o retomar el camino
del Evangelio. ¡Ese es el secreto! Es el camino que
Dios nos propone para llevarnos a la verdadera
libertad, porque únicamente podemos experimentar
la verdadera libertad cuando nos sentimos “hijos de
Dios”.

74) La bajada del Espíritu sobre Jesús significa que en
Él culmina la creación, que el compromiso que ha
hecho, por el cual participa de la vida y de la fuerza
de Dios, lo levanta hasta la plena condición humana,
la del Hombre – Hijo de Dios.

75)¿Por qué será que el Santo Padre, Juan Pablo II, nos
llama tanto a este camino de la nueva evangelización?
¿Qué quiere decirnos con esto el Papa? Quiere
impulsarnos a vivir, nosotros mismos, y luego a
llamar al hombre hacia una segunda conversión,
hacia un encuentro verdadero y definitivo con Cristo.
Y ahora el Señor nos recuerda que no podemos seguir
siendo mediocres espirituales.

76) Hay muchas personas que van a la Santa Misa el
domingo, y hasta comulgan, y hay entre ellas otras
tantas que además rezan el Santo Rosario… Pero
también leen su horóscopo en diarios o revistas,
también van donde adivinos a que les lean las cartas,
o consultan con espiritistas, o practican el Yoga, o
creen en las “nuevas maravillas” que promete la
“nueva era”…

77) Hay otros tantos que luego de la Eucaristía se van
de fiesta, y se agarran unas tremendas borracheras…
¿Están santificando el Día del Señor? Este es el tipo de

personas que son católicas porque de chicas les
dijeron que lo eran, quizás las metieron en un colegio
católico, donde recibieron el Sacramento de la
Confesión y la primera Comunión, y posiblemente el
Sacramento de la Confirmación. Pero jamás
ahondaron en la fe que dicen profesar.
78) Jesús un día me dijo lo siguiente:

79) “En mi tiempo tenía dos clases de seguidores.
Unos eran Mis Apóstoles, que Me conocían, Me
amaban y Me seguían. Los otros eran los que se
contentaban con escuchar acerca de Mí, con ir a
presenciar alguna prédica Mía, con ser testigos de
algún milagro…

80) Hoy sucede lo mismo y aún entre Mis elegidos:
No tienen mucho qué decir de Mí, porque no Me
conocen. Creen conocerme y seguirme, pero a
pesar de ello y de ser muy buenas personas, no se
han encontrado aún con el verdadero Amor. Sí,
han tenido una primera conversión, por eso están
en grupos de la Iglesia o incluso han estado en
seminarios… ¡Pero hay tantos que se han quedado
allá, que no han buscado ese segundo encuentro
Conmigo en la Cruz, en el Tabor, en la agonía, en

Mis prédicas, en Mis milagros…! Hay personas que
están en sectas, en otras religiones y que dicen
que fui un gran Profeta, los que practican la
religión en la cual Me crié dicen que soy el hombre
engañador, el gran “fraude” que engañó a los
hombres. Otros que dicen “amar a Mi Padre” y no
aceptan que Yo Soy el Hijo de Dios… ignorando del
todo la esencia de la Trinidad.

81) Pero también hay cristianos que se confiesan,
que van a Misa, y que tratan de introducirme en la
ciudad al estilo de un caudillo, como un “Che
Guevara”, como el líder aquel cuyos ojos están
chispeando de arrogancia. También hay quienes
dicen constantemente: Jesús dice tal cosa, o Jesús
hizo esto, pero no hacen lo que Yo digo...

82) Por eso fue que pregunté a Mis discípulos: ‘Y
ustedes, quién dicen que Soy Yo…’ (Lc 9,18).”
83) En ese momento el Señor me mostró cuando
sentado, comiendo entre Sus Apóstoles cerca de la
ciudad de Cesarea de Filipo, les preguntó esto de
golpe, en medio de la conversación acerca de lo que
se decía de Él en el pueblo... 

“Y ustedes, quién dicen que
Soy Yo…” (Lc 9,20) Hubo un silencio, dejaron de
comer. Jesús los mira a todos con una mirada que
parece mezcla de ternura, con una sonrisa y cierta
picardía. Por supuesto que Él sabía lo que iba a
suceder, pero el instante era muy importante...
84) Al respecto me dice el Señor:

85) “El momento era importante porque un hombre
iba a ser sacudido por el Espíritu Santo. Yo había
venido enseñándoles, hablando con ellos durante
muchas horas, orando con ellos, dejándolos que
sean testigos de tantos milagros y señales. Quería
ver si ellos habían entendido el mensaje, la
enseñanza que quería darles.

86) Algunos pensaron por fracción de segundos: ‘si le
digo esto, me va a contestar esto otro...’ o ‘¿será
que debo decirle esto?...’ En realidad Mi pregunta
los desconcertó… los tomó desprevenidos…
87) Pero ahí el Espíritu Santo se reveló a través de
Pedro y dijo: 

‘Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios
vivo.’ (Mt 16,16).

88) Tanto el testimonio de Pedro como Mi posterior
respuesta, dejaron atónitos a los demás Apóstoles.
Para ellos, aún Yo era el Mesías que Dios había
enviado para liberar a Israel del yugo de los
romanos y fundar Su nuevo Reino en la tierra. Ni
siquiera Pedro llegó a comprender la magnitud de lo
que significó la revelación de Mi Padre, por eso les
pedí que no lo comentaran con nadie hasta que
llegara la hora de Mi glorificación.

89) Aún hoy pregunto a los hombres: ‘Y ustedes,
¿quien dicen que Soy Yo?’… ¿Quién soy para cada
hombre que se dice ‘cristiano practicante’ o
persona ‘convertida’…?”

90) Y es verdad, hermanos queridos, aún hoy Jesús te
pregunta y me pregunta: “¿Y tú, quién dices que Soy
Yo?” O sea, “¿qué lugar ocupo en tu vida, por quién Me
tienes en tu vida de cada día?”

91)¿Saben una cosa? A Jesús no le importa si sabemos
o no quién fue Simón Bolívar, o Benito Juárez, o Jean
Paul Sartre, o cualquier otro personaje famoso, ni
siquiera los Doctores de nuestra Iglesia (a quienes
deberíamos al menos haber oído nombrar); o qué dijo
Ernesto Sábato o Lenin… A Jesús le importa nuestra
respuesta personal frente a estas grandes preguntas:
¿Quien Soy Yo para ti?, ¿qué significo para ti?

92) Así como cuando Jesús sería llevado ante Pilato y
éste le diría: “¿Eres tú el Rey de los judíos?” Jesús le
contestó: “¿Viene de ti esa pregunta o repites lo que te han
dicho otros de mí?” (Jn 18, 33-34), de la misma manera,
cuando nosotros le decimos: “Tú eres el Señor, Tú
eres Dios, Tú eres el Hijo de Dios”, Jesús nos
11
pregunta: “¿Eso lo dices tú, o es porque lo has
escuchado?
93)¿Es porque tu corazón Me reconoce o porque lo
oíste en la Iglesia o en tu familia, o en tu apostolado,
entre tus amigos, etcétera? ¿Es producto de lo que te
dicen o es lo que tienes en tu corazón…?”

94) Recordemos que un día Jesús dijo, "En verdad, en verdad
te digo que a menos que uno nazca de agua y del Espíritu,
no puede entrar en el reino de Dios" (Juan 3:5).
95)¿Que significa aquí “nacer de nuevo”? Nacer de
nuevo no es únicamente abandonar la vida pecadora
y empezar una vida nueva, después de creer en Jesús,
como piensa la mayoría de la gente... aunque tampoco
la mayoría lo haga.

96) No cabe duda que todo esto es bueno, pero esto no
es todo lo que quiere decirnos. Sumergirse en el agua,
o “hablar en lenguas” no es nacer de nuevo y estar ya
salvados, como lo manifiestan algunos grupos de
otras religiones o sectas.

97) “Nacer de nuevo” significa que debemos
arrepentirnos de nuestros pecados, creer en el
Bautismo del Señor y en el poder de la Sangre de
Jesús, derramada en la Cruz, para recibir Su perdón
en nuestros corazones y empezar a transitar el camino
de los justos.

98) Este no es un cambio que viene de los seres
humanos, sino que es una transformación que viene
de Dios.

99) En la Primera Carta de Juan 5,6-8, la Biblia dice, "Él
es el que viene por el agua y la sangre: Jesucristo y no sólo
por el agua, sino por el agua y la sangre; y el Espíritu
también da su testimonio, el Espíritu que es la verdad.”

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