(Cat 391). Su pecado consistió "en que rechazaron radical e
irrevocablemente a Dios y su Reino" (Cat 392). Precisamente, "el
carácter irrevocable de su elección y no un defecto de la infinita
misericordia divina es lo que hace que el pecado de los ángeles no
pueda ser perdonado" (Cat 393). Es decir, Dios no los puede
perdonar, porque ellos no quieren ser perdonados, prefieren vivir así
con odio a Dios y a los hombres eternamente. Satanás es el jefe o
príncipe de los demonios. Era la criatura más bella creada por Dios
y quedó transformado en el monstruo más horrible.
Satanás es el mal en continuo movimiento, es la mentira y la
oscuridad personificadas, es lo opuesto al amor de Dios, es el odio
y la violencia en persona... y quiere dominar sobre toda la
humanidad y construirse su propio reino de tinieblas y oscuridad,
imitando en todo lo que puede a Dios. Por eso, se le llama con
frecuencia "el mono de Dios".
"Es el príncipe de este mundo" (Jn 12,31). San Pablo dirá que
es "el dios de este mundo" (2 Co 4,4) y San Juan que "peca desde
el principio" (1 Jn 3,8). Él es la serpiente antigua, que tentó a
nuestros primeros padres, y Dios la maldijo: "Maldita serás... pongo
enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. Ella te
aplastará la cabeza" (Gén 3,14-15).
Satanás tiene mucho poder debido a su naturaleza angélica.
Él es el jefe de millones y millones de demonios entre los que hay
una jerarquía o sumisión de esclavitud y no de amor. Ellos están
llenos de odio contra Dios y los hombres.
Pueden manifestarse de diferentes formas a los ojos
humanos, pues son espíritus y, por tanto, sus apariencias visibles
dependerán de lo que quieren causarnos. Si quieren causarnos
agrado y atractivo, pueden presentarse como ángeles de luz,
"galanes", incluso pueden tomar la apariencia de Jesús o de
caballeros o damas bellas y simpáticas... o de niños inocentes, que
nos invitan a desobedecer. También pueden presentarse bajo las
formas más horripilantes que podamos imaginar, cuando quieren
inculcarnos miedo y temor. A veces, a los santos se les presentan
como gigantes con cuernos o sin cuernos, con alas negras o sin
ellas, con olores agradables o desagradables.
La imaginación se queda corta ante la gran variedad de
figuras bajo las cuales se pueden presentar, generalmente, para
asustar. Y esto, no solamente en apariencias visibles, también lo
hacen a través de pensamientos, fantasías e imaginaciones de las
más variadas e inculcando sentimientos de suicidio, tristeza, temor
a condenarse, miedo, desesperación, etc. Su presencia, aunque
invisible, siempre causa inquietud y desasosiego; mientras que Dios
y sus ángeles siempre nos dejan alegría y paz. Algunos santos,
sabiendo que pueden presentarse bajo la apariencia de Jesús, de
María o de santos y ángeles, para no engañarse, les echaban agua
bendita o les hacían repetir: ¡Viva Jesús! ¡Viva María!
De todos modos, el poder de Satán no es infinito. No es más
que una criatura, poderosa por ser espíritu puro, pero siempre
criatura. Es un gran misterio el que Dios permita la actividad
diabólica, pero nosotros sabemos que en todas las cosas interviene
Dios para el bien de los que le aman (Rom 8,28).
¿Has pensado que el demonio quiere destruirte?
¿Qué haces para defenderte de él y alejarte del
mal?
INFLUENCIA MALÉFICA
La influencia del maligno sobre las almas puede ser a través
de tentaciones, con las cuales las induce al pecado. También puede
ser con obsesiones, que son impulsos casi irresistibles o
inclinaciones impulsivas, por ejemplo al suicidio, al sexo, a
blasfemar, a la ira, a la desesperación... La obsesión es como una
tentación muy fuerte, pero no pasajera, sino permanente. En
cambio, la opresión diabólica es la acción de Satanás sobre los
cuerpos o las cosas. Por ejemplo, en el caso de ciertas
enfermedades raras que no tienen ninguna explicación médica o
ciertas cosas producidas por los malos espíritus como voces, luces
que se apagan, ruidos extraños, etc. También en algunos casos,
poco frecuentes, se puede dar la posesión diabólica.
Muchas veces, el diablo ejerce su influencia a través de
aquellos que lo siguen de cerca, especialmente de quienes lo
adoran como a un dios. Su poder se manifiesta, a veces, por medio
de brujos o hechiceros, que se han entregado a él en cuerpo y
alma, e incluso han hecho un pacto diabólico con él firmado con su
propia sangre.
Recuerdo lo que nos contaba el Padre Carlos Alonso. Un día,
en sus correrías misionales, llegó a unas cuevas de la Provincia de
Chota (Perú) y encontró en el suelo un papel escrito con sangre,
que era precisamente un pacto con el demonio. ¿Quién lo había
escrito? ¿Qué pediría a cambio? Estos pobres hombres le entregan
su alma para siempre a cambio de algunos favores durante los años
de su vida. ¿Valdrá la pena?
Los consagrados al diablo son como sus soldados, así como
los confirmados son soldados de Cristo. Muchos trabajan en grupos
organizados, en sectas satánicas, que se reúnen los fines de
semana para adorar a Satanás. Con frecuencia, le piden al diablo
que haga daño a tales o cuales personas o hacen maleficios con el
poder demoníaco. Algunos de estos seguidores del maligno le
ofrecen sus propios hijos, que desde su más tierna infancia, quedan
bajo su influencia maléfica. Sin embargo, no hay que olvidar que
Satán es una criatura de Dios y que su poder es limitado, solamente
obra hasta donde Dios se lo permite; de otro modo, mataría a todos
los buenos del mundo. Nosotros tenemos medios suficientes para
defendernos de Él y vivir tranquilos y en paz. Sin embargo,
debemos reconocer que todos los males y sufrimientos de la
humanidad tienen, de alguna manera, su origen en el poder del
maligno, desde nuestros primeros padres hasta las guerras y
conflictos familiares o personales.
Hace pocos años, 7 delincuentes bien armados, asaltaron
nuestra Casa Noviciado de Pachacámac y ataron a los siete
novicios, a los dos sacerdotes y al cocinero durante varias horas. El
jefe de ellos, cuando entró en la capilla y vio el gran crucifijo que la
preside, le dijo en alta voz: "Tú eres bueno, pero yo soy malo".
Podemos preguntarnos: ¿Por qué no quería ser bueno? ¿Por qué
continuaba en su mal camino? ¿Por qué seguía las instigaciones
del maligno? ¡Misterio de la libertad humana!
De hecho, la influencia real y oculta se da a todo nivel: en las
naciones, instituciones, familias... a nivel nacional e internacional.
En política vemos cuánta mentira y sed de poder, que no son
precisamente de Dios. En el arte, vemos también su influencia en
los desnudos frecuentes, manifestaciones inmorales y pornográficas
en revistas, videos, televisión, cine... y no hablemos de ciertas
músicas rock o bailes indecentes, lo mismo que en las modas.
¡Cuánta indecencia en el vestir! ¡Cuánta mentira y violencia e
inmoralidad en la sociedad! Los medios de comunicación, muchas
veces, fomentan actitudes anticristianas como la homosexualidad,
el adulterio o las relaciones prematrimoniales como si fueran
aceptables y normales, etc.
Por otra parte, estamos rodeados de infinidad de sectas que,
por doquier, van confundiendo el bien con el mal, la verdad con el
error. Y muchos incautos caen fácilmente en sus redes. Y no
digamos con qué facilidad se cree en los horóscopos, en la
adivinación, en el espiritismo o en las famosas profecías de
Nostradamus o de San Malaquías, como si fueran Palabra de Dios.
De hecho, todos los pecados personales son, de algún modo, una
puerta de entrada al poder del diablo en nuestra vida. Pero hay
algunos pecados como el odio, la soberbia, la desesperación... que
nos lanzan a los brazos de Satanás.
Ha habido hombres que han sido especialmente influenciados
por él. Por ejemplo, Stalin, del que decía su hija Svetlana: "Mi padre
estaba poseído por un terrible demonio. Él consideraba la bondad y
la misericordia peores que un gran delito". Hitler, decía el general
Jodl en el proceso de Nuremberg: "Era un gran hombre, pero un
gran hombre infernal".
Las purgas de Stalin, el holocausto de seis millones de judíos
organizado por Hitler y sus seguidores, el holocausto de 60 millones
de abortos anuales, los asesinatos de Polpot, Mao Tse Tung o
Lenin... las limpiezas étnicas, los narcotraficantes o los terroristas
que matan sin piedad... son claros ejemplos de la influencia del
maligno en el mundo.
¿Luchas tú contra el poder del mal en el mundo?
¿Trabajas por un mundo mejor?
BÚSQUEDA DE PODERES SUPERIORES
El poder y la influencia del maligno se manifiesta, de modo
especial, en los grupos ocultistas, que buscan poderes superiores
por medio de seres superiores. Y caen muy fácilmente en la magia,
hechicería, espiritismo, adivinación, etc. Son grupos que tratan de
llenar el vacío de Dios en tantos contemporáneos nuestros, que ya
no quieren creer en la religión tradicional y buscan nuevas
experiencias o revelaciones. Buscan gurús extraños y profetas en
cualquier sitio y van de secta en secta, buscando la verdad y la
felicidad. Muchos son sinceros, pero caen en las redes del error sin
discernir la verdad de la mentira. Cuando se dan cuenta, quizás sea
ya demasiado tarde y habrán podido caer en graves problemas de
salud, sobre todo, mental.
Muchas de estas sectas tienen una influencia nefasta sobre el
adepto: lo separan de la familia, le exigen dinero, y viven en
comunidades, donde el jefe tiene control absoluto de sus personas
y de sus actos, pues deben obedecer sin condiciones.
Ahora bien, no todos los grupos, que buscan la superación
personal, son igualmente nefastos. Esto no se puede decir, en
principio, del yoga o del zen ni de la radiestesia ni del magnetismo
que pueden tener ciertas personas para transmitir energía y curar; o
la capacidad natural de telepatía o de otros dones extraordinarios,
que poseen ciertas personas o los curanderos estrictamente
naturistas, que curan por medio de la medicina natural. Sin
embargo, el yoga, el zen y otras meditaciones orientales nos
pueden llevar a creer en la reencarnación y otras ideas
anticristianas. Nos pueden encerrar en nosotros mismos, buscando
a Dios y la paz interior por nosotros mismos, cuando sabemos que
la verdadera paz es un don de Dios y nos abre a los demás.
Pero hay sectas que, de entrada, prometen a los alumnos
estados superiores de conciencia y poderes excepcionales de visión
a distancia, viajes astrales, etc. Es preocupante a este respecto la
Meditación transcendental, que parece en principio una técnica de
relajación, pero que propone, como reclamo, la adquisición de
poderes de invisibilidad y levitación entre otros. También se
prometen poderes en los cursos de los rosacruces AMORC y en
otros grupos de desarrollo potencial humano. Muchos de estos
grupos, por supuesto, creen también en la reencarnación.
Nombraremos algunos grupos anticristianos que nos alejan de
Dios: Cienciología, Sofrología, Escuela Arica, Bioenergía, grupo delBiofeedback, de Dinámica mental, de Actualismo, Instituto de
expansión psicofísica de Janov, Meditación transcendental,
Rosacruces, Nueva Acrópolis, Ananda Marga, Teosofía,
Nueva
Era...
1 comentario:
Veo con tristeza que se sigue coartando la libertad del individuo al desarrollar su mente, se menciona yoga y grupo zen. La religión no termina de satanizar ciertas actividades que podemos realizar los humanos con la mente, por eso nuestra sociedad va en retroceso. Pero bueno hay libre albeldrío. Saludos
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