...."Si el Señor no construye la casa...
....en vano se cansan los que trabajan"
....en vano se cansan los que trabajan"
Cuiden los Obispos,
y los Párrocos los procesos de formación
de los Agentes laicos
de pastoral desde sus propios ambientes.
Las organizaciones laicales,
en función de la Nueva Evangelización,
en función de la Nueva Evangelización,
Los Laicos, podrán continuar su
labor evangelizadora en la medida en que se preocupen por la formación de sus
miembros, revisen sus propios métodos y se inserten adecuadamente en la
pastoral de conjunto, respetando los carismas de cada organización y
poniéndolos al servicio de la prioridad global .
Varias organizaciones, en otro tiempo muy fuertes, han ido
perdiendo su vitalidad; algunas casi han desaparecido.
Se vuelven intocables los métodos, las costumbres, el
lenguaje y otros elementos que son simplemente medios para alcanzar los fines
propuestos por la organización.
Las orientaciones y estatutos de las organizaciones laicales
no siempre encuentran cabida en el estilo de trabajo de algunas Parroquias;
esto genera conflictos que podrían evitarse si se tuviera en cuenta la índole
de cada organización.
Las organizaciones tienen, con frecuencia, un marcado acento
hacia sí mismas y no hacia las acciones evangelizadoras propias de la vocación
laical.
Hay Pastores que no conocen el carisma ni el espíritu de
algunos movimientos laicales, por lo que demuestran desinterés e indiferencia
ante los mismos; esto provoca que no puedan brindarles una adecuada asesoría.
Muchos grupos laicales realizan apostolados muy generosamente
pero sin conexión con los planes de la organización arquidiocesana.
Con frecuencia las asociaciones laicales aparecen atomizadas
y sin comunicación con la vida de la Parroquia, del Decanato, de la Vicaría y
de la Arquidiócesis.
"Hay diversidad de
carismas, pero el Espíritu es el mismo; diversidad de ministerios, pero el
Señor es el mismo; diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios que obra
todo en todos
. A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común" (1 Cor 12, 4-7).
. A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común" (1 Cor 12, 4-7).
"No extingan el
Espíritu; no desprecien las profecías; examínenlo todo y quédense con lo bueno.
Absténganse de todo género de mal" (1 Ts 5, 19-22).
"Yo soy la vid;
ustedes los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto;
porque separados de mí no pueden hacer nada" (Jn 15, 5).
El apostolado
organizado corresponde a las exigencias humanas y cristianas de los fieles y
es, al mismo tiempo, signo de la comunión y de la unidad de la Iglesia en
Cristo (AA 18; Cfr. CIC 215).
Se debe evitar la dispersión de fuerzas producida cuando se
crean nuevas asociaciones sin razón suficiente, o cuando se mantienen -más allá
del límite de vida útil- asociaciones o métodos anticuados (AA 19).
Una renovada pastoral del laicado organizado exige:
* vitalidad misionera para descubrir, con iniciativa y audacia, nuevos campos para la acción evangelizadora;
* apertura para la coordinación con organizaciones y movimientos, teniendo en cuenta que ninguno de ellos posee la exclusividad de la acción de la Iglesia;
* canales permanentes y sistemáticos de formación doctrinal y espiritual, con adecuada pedagogía y contenidos actualizados.
Inculcar en los miembros de las organizaciones un espíritu de
sana autocrítica que les permita evaluar y actualizar sus propios fines.
Ofrecer oportunidades reales de formación a los Laicos
organizados, particularmente a sus dirigentes, tomando en cuenta los contenidos
y metodologías de la Nueva Evangelización.
Presentar cauces concretos para que las organizaciones, sin
menoscabo de su finalidad específica, puedan incorporarse a los planes de la
pastoral orgánica arquidiocesana.
Ofrecer instrumentos y subsidios que, con lenguaje accesible
y en forma ágil, apoyen la formación del laicado organizado.
Revisar y actualizar los manuales, programas y estatutos de
las organizaciones laicales, en función de la Nueva Evangelización, de modo que
puedan ser difundidos y estudiados por los asesores y dirigentes.
Formar a los Agentes en una forma integral y orientada a los
ambientes prioritarios, respetando los carismas de cada organización.
Desde el catecismo, fomentar la mentalidad eclesial y el
trabajo con espíritu misionero.
Dar una formación integral adecuada, sólida y resistente a
los embates nocivos de la modernidad, que contribuya a la construcción de un
mundo nuevo donde resalten los valores del Reino de Dios.
Los Obispos doten a las organizaciones laicales de asesores,
laicos o eclesiásticos, que realmente puedan atender la tarea encomendada.
Los Obispos brinden decidido apoyo a la Vicaría para los
Laicos y a otros organismos realmente operantes, dotándolos de suficientes
recursos humanos y económicos, para que sean capaces de responder a los retos
que presenta la Nueva Evangelización.
Capacite la Vicaría para los Laicos a suficientes asesores
con los recursos y otras oportunidades de formación. Conviene que, con los
Sacerdotes, haya asesores laicos que cumplan tareas complementarias.
Los dirigentes, con el debido apoyo de los asesores, tengan
en cuenta los llamados "criterios de eclesialidad" que el Papa propone a las organizaciones laicales:
* primado de la vocación a la santidad;
* responsabilidad de confesar la fe católica;
* testimonio de comunión;
* participación en el fin apostólico de la Iglesia;
* presencia comprometida en la sociedad humana .
La Vicaría para los Laicos tenga en cuenta no sólo la
formación apostólica y la organización pastoral de los Laicos, sino también su
formación e inserción orgánica en orden a la evangelización de la cultura y de
las subculturas vigentes en la Arquidiócesis.
Las organizaciones laicales revisen y actualicen su
estructura, medios y fines de tal manera que puedan responder eficientemente a
las prioridades que plantea la Nueva Evangelización en la Ciudad: las Familias,
los Alejados, los Pobres y los Jóvenes.
Los asesores de los movimientos apostólicos ofrezcan
oportunidades reales y accesibles para la formación de sus dirigentes, tomando
en cuenta los contenidos y la metodología de la Nueva Evangelización, como
requisito previo a su compromiso apostólico.
La vitalidad de una feligresía es el
resultado y condición del surgimiento, multiforme variedad y labor misionera de
los ministerios laicales; de otra forma sólo se da una pastoral de
"conservación".
Muchas de las actividades parroquiales, útiles sin duda, no
son necesariamente promotoras de la comunidad, ni en su vivencia de fe ni en su
proyección apostólica.
Hay experiencias de renovación parroquial comunitaria muy
válidas: unas no son suficientemente conocidas, otras tienden a absolutizarse.
Existe cierta confusión acerca de la expresión misma de
"ministerios laicales"; se abusa del término o se malinterpreta al
hacer referencia a algunos servicios esporádicos o que no tienen mucha
importancia.
Un ejemplo claro de ministerio laical son los "Ministros
Extraordinarios de la Comunión Eucarística"; han abierto brecha en la
estima de la participación laical.
Los ministerios propios de los Laicos cuya misión es la
restauración de todo el orden temporal, aunque existen, no son todavía
suficientemente reconocidos ni, menos aún, instituidos en la Iglesia
arquidiocesana.
Algunos Pastores sostienen determinadas prácticas más de
"conservación" que de crecimiento de la comunidad.
"Abrazados a la verdad, en todo crezcamos en caridad,
acercándonos a aquel que es nuestra cabeza, Cristo, por quien todo el cuerpo,
trabado y unido por todos los ligamentos que lo unen y lo nutren según la
operación de cada miembro, va obrando mesuradamente en su crecimiento en orden
a su conformación en la caridad" (Ef 4, 15-16).
"Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador; Él
corta todo sarmiento que en mí no da fruto, y poda al que da fruto para que dé
más fruto" (Jn 15, 1-2).
"Les anunciamos a ustedes lo que hemos visto y oído, a
fin de que vivan también en comunión con nosotros; y esta comunión nuestra es
con el Padre y con su Hijo Jesucristo" (1 Jn 1, 3).
Todos los estados de vida, ya sea en su totalidad como cada
uno de ellos en relación con los otros, están al servicio del crecimiento de la
Iglesia; son modalidades distintas que se unifican profundamente en el
"misterio de comunión" de la Iglesia y que se coordinan dinámicamente
en su única misión (...).
Los ministerios laicales tienen su fundamento sacramental en
el bautismo y en la confirmación, y también en el matrimonio (....).
Los Laicos, según la gracia y los carismas que el Espíritu
quiera concederles, son llamados a colaborar con sus Pastores en el servicio de
la comunidad eclesial para el crecimiento y la vida de ésta (...).
La Pastoral de la Salud es de suma importancia para la
Iglesia, ya que la comunidad debe participar del sufrimiento que conduce al
Señor y asociar los enfermos a su pasión redentora (...).
Revitalizar, según circunstancias y ambientes específicos, la
vivencia comunitaria de las Parroquias, de suerte que sean auténtico campo de
la promoción ministerial de los Laicos.
Planificar las Parroquias conforme a la amplia gama de
ministerios laicales sugeridos -para hombres y mujeres- por el Magisterio.
Descubrir, a través de la acción pastoral comunitaria de las
Parroquias, los campos más urgentes que deben ser atendidos por los Ministros
laicos.
Realizar una formación adecuada -en tiempos, modos y lugares-
para los Ministros laicos: comprenderá tanto lo vivencial como lo doctrinal y
apostólico, con énfasis especial en el ministerio profético y social.
Seguir favoreciendo la acción y formación de los Ministros
Extraordinarios de la Comunión Eucarística, así como de los demás Agentes
laicos de la Pastoral de la Salud.
Reconocer y promover las comunidades eclesiales de base, como
una de las fuentes de ministerios laicales y medios de participación madura del
Laico.
Formar y elaborar los planes pastorales de los diversos
niveles, teniendo en cuenta los principios de solidaridad,
subsidiariedad y corresponsabilidad.
subsidiariedad y corresponsabilidad.
Cada Párroco debe planificar la acción pastoral de la
Parroquia, con la animación de los Ministros laicos, de modo que ésta aparezca
como "comunidad de comunidades".
Los Decanos procuren que las zonas marginadas, o las que se
encuentran en circunstancias especiales, puedan recibir mejor atención pastoral
con la ayuda de Ministros laicos debidamente capacitados.
Compete a la Vicaría para los Laicos, en colaboración con las
Vicarías funcionales y los organismos especializados, diseñar planes de
formación para los Ministros laicos, según las necesidades de las zonas.
Elabore la Vicaría de la Salud un directorio de pastoral que
recoja la experiencia arquidiocesana de este trabajo, de modo que sirva de
inspiración para otro tipo de ministerios.
La Vicaría para los Laicos, particularmente auxiliada por el
Consejo Arquidiocesano de Pastoral y a la luz de los documentos del Magisterio , haga un estudio que permita conocer cuáles son los ministerios
laicales convenientes y oportunos de acuerdo a las necesidades más urgentes de
la Ciudad; difunda los perfiles propios de estos ministerios.
Los Párrocos, en la atención pastoral de su comunidad,
dedíquense a la atención de aquellas acciones que animen el trabajo de los
Agentes evangelizadores.
Fomenten las Parroquias el surgimiento de comunidades
eclesiales de base y apóyense las ya existentes, de manera que puedan
consolidarse y ser semillero de ministerios.
Fórmese a los Laicos en un espíritu pascual que les permita
tener fe activa, esperanza viva y una caridad generosa y audaz.
La grave escasez de Sacerdotes y la excesiva carga de trabajo
de los Obispos, Decanos y Párrocos, hacen más urgente la promoción de Agentes
laicos -de tiempo completo o de medio tiempo- que acompañen los procesos
pastorales en las comunidades, para atender mejor a la opción prioritaria .
Promover en la Arquidiócesis, Vicarías, Decanatos y
Parroquias la formación de Agentes laicos de tiempo completo, dándoles los
recursos y apoyos necesarios en lo económico, en lo moral, en lo doctrinal
etc., para que puedan desarrollar amplia y conscientemente su apostolado.
Cuidar los procesos de formación de todos los Agentes laicos
desde sus ambientes específicos.
Promuevan las Vicarías, y las Parroquias la
formación de Agentes laicos de tiempo completo y facilítenles los recursos
necesarios para el desarrollo amplio y consciente de su apostolado.
Reclamo Divino.....
Cuiden los Obispos, y los Párrocos los procesos
de formación de los Agentes laicos de pastoral desde sus propios ambientes.
"Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los que trabajan"
en vano se cansan los que trabajan"
(Sal 127, 1).
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Fuente:
www.iterindeo.blogspot.com
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